Lectura: Rut 4:13-17

A una pareja de la iglesia quienes tienen 4 hijos pequeños, una joven les ofreció que podía cuidar a sus niños para que pudieran salir solos en una cita.  Al salir, la joven le dijo a la pareja: “Vayan a un lugar muy bonito y disfruten”.

Cuando regresaron venían con unas bolsas del supermercado en brazos, ella inmediatamente les preguntó: “¿Por qué no hicieron algo especial, sabiendo que tenían el tiempo suficiente?”.  La pareja se miró y la esposa le respondió: “Claro que hicimos algo especial, caminamos por el parque, nos comimos un dulce como solíamos hacer y hablamos mucho, y al final como nos sobró tiempo pasamos al supermercado”.  Luego el esposo añadió: “Lo que vuelve a una salida especial no es lo que haces, es con quien estás”.

En nuestra lectura devocional leímos sobre Rut, un libro que no menciona el nombre de Dios, y por eso algunos lo leen como la historia dramática de cómo dos personas terminan juntas.

Pero, en realidad lo que nos cuenta este relato es algo extraordinario, en el último capítulo del libro se nos cuenta que la pareja formada por Rut y Booz tuvieron un hijo llamado Obed, quien llegó a ser el abuelo de David (4:17).  Y cuando leemos Mateo 1:1 se nos dice que Jesús es descendiente de esta pareja, así que Dios sí estaba interviniendo maravillosamente en esta historia, cumpliendo su perfecto plan.

En ocasiones también podemos caer en el error de creer que nuestras vidas son comunes y corrientes, sin un propósito especial, lo cual es incorrecto.  El significado de nuestras vidas debe entenderse a la luz de lo que somos en Jesús: sus hijos e hijas (Juan 1:12); somos también una consecuencia increíble de lo que sucedió aquella noche de invierno en Belén, cuando aquella pareja común y corriente y sin ninguna ostentación, ni lujos, le dieron abrigo y cuidado a Jesús, nuestro Señor y Salvador, la mejor de las compañías.

  1. Debemos ver cada circunstancia de nuestra vida como algo que puede ser significativo en el plan de Dios.
  2. Recuerda, en estas épocas de mercantilismo desmedido no importa el valor de lo que puedas dar, lo que importa es darle valor especial al tiempo que pasas con las personas con quienes estás, ya sean tu familia, amigos o aun con los desconocidos.

HG/MD

“Sin embargo, de muy buena gana gastaré yo de lo mío, y me desgastaré a mí mismo por sus almas. Si los amo más, ¿seré amado menos?” (2 Corintios 12:15).