Lectura: 2 Timoteo 3:10-17

Un hombre estaba limpiando la bodega de su casa y en medio de todo aquel desastre se encontró con viejos libros escolares, entre ellos se encontró con algunos libros de tercer grado, así que decidió llamar a su hijo quien justamente estaba cursando el mismo nivel escolar en ese momento, para enseñarle cuán difíciles eran las cosas en sus días.

Cuando empezaron a comparar sus cuadernos, se dio cuenta de que el contenido de los suyos era más simple que el de su hijo.

Al hacer esta simple comparación, debemos darnos cuenta que el mundo y la cultura en la cual están creciendo los niños y jóvenes actualmente, son mucho más complicados que cuando nosotros crecíamos, no es tan sólo el contenido de la materia escolar, es la sobre exposición a situaciones, información innecesaria y tentaciones, que son todo un desafío para un pequeño o un muchacho que lucha por adaptarse o sobrevivir en este mundo.

No obstante, para los padres el consejo sigue siendo tan válido como cuando lo escribió el apóstol Pablo en el primer siglo: “que desde tu niñez has conocido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por medio de la fe que es en Cristo Jesús” (2 Timoteo 3:15). 

  1. Sin importar cuan difíciles sean nuestros tiempos, tenemos el sabio consejo que encontramos en la Palabra de Dios, es un libro siempre presente y actual.
  2. En un mundo que cambia constantemente, puedes confiar en la inmutable Palabra de Dios.

HG/MD

“Pero persiste tú en lo que has aprendido y te has persuadido, sabiendo de quiénes lo has aprendido” (2 Timoteo 3:14).