Lectura: Proverbios 22:1-16
Esa mañana la niña llamó a su mamá por un problema que estaba teniendo con una compañera de curso.
La mamá lo pensó por un momento y su primera reacción fue: “iré de inmediato a solucionar este asunto con esa maestra descuidada y esa niña irrespetuosa”; pero luego pensó y se dijo: “No, quizás deba permitir que Dios tome el control de esta situación, quizás esto esté pasando para que mi hija pueda verlo actuar y conocerlo mejor”. Así que en lugar de salir a “rescatarla”, decidió orar por ella.
Cuando llegó a la casa el problema se había solucionado, la maestra había actuado y las niñas se habían pedido disculpas mutuamente sin que ella hiciera “nada”; posteriormente, la mamá le contó a su hija lo que había hecho: orar por ella.
Esa situación le mostró a la pequeña que Dios sí se interesa por ella, escucha sus oraciones y las contesta. La Biblia nos enseña que es muy importante aprender estas lecciones durante los primeros años de vida, tal como lo indica el Proverbio 22:6: “Instruye al niño en su camino; y aun cuando sea viejo no se apartará de él”.
Cuando logramos que los niños tomen conciencia de la persona de Jesús y de su poder, estamos dándoles un lugar al cual volver si se descarrían en el camino y un fundamento para crecer espiritualmente durante toda la vida.
- Fortalece la fe de los niños, muéstrales el diseño de Dios en la naturaleza, nárrales historias sobre cómo te ayudó el Señor a ti o invítales a darle gracias contigo cuando las cosas salen bien o cuando no salen tan bien como imaginabas.
- Dios puede obrar a través de ti para hablar acerca de sus bondades a todas las generaciones, especialmente a las nuevas.
HG/MD
“No tengo mayor gozo que el de oír que mis hijos andan en la verdad” (3 Juan 4).
✨ A veces lo mejor que podemos hacer por nuestros hijos no es intervenir, sino orar por ellos 🙏.Así ellos mismos pueden ver cómo Dios actúa en su vida 💖.