Lectura: Lucas 8:26-39

Quizás muy pocos de nosotros lleguemos a conocer a una persona tan violenta y salvaje, como el hombre con quien Jesús se encontró en su paso por Gadara (Lucas 8:29).

Por supuesto, aquel desdichado hombre se encontraba bajo el dominio del demoniaco enemigo, y debido a su comportamiento irracional se había desligado por completo de la sociedad. Y esa fue la triste situación bajo el poder del enemigo, de la que Jesús lo rescató para reincorporarlo a la vida, y desde ese momento pudo disfrutar nuevamente de su familia y amigos.

No te equivoques, Satanás no es una figura de ficción, él es el mayor de todos los enemigos que puedas imaginar, y aún más terrible que la persona que puedas recordar.  Junto a sus secuaces hará todo lo posible por arruinar tu vida debido al odio que tiene contra Dios.  No siempre sus planes serán desquiciar a una persona, la mayoría de las ocasiones sus trampas y engaños se deslizarán como seda sin que nos demos cuenta: por medio de una mala amistad, al ver algo inapropiado, o al tratar de hacernos creer que somos producto del azar o de una evolución espontánea.

Este tipo de pensamientos humanistas, provee a los seres humanos una sensación de falsa libertad sobre las restricciones morales y espirituales, ofreciéndonos a cambio gratificación inmediata. Finalmente, este tipo de “libertades” hará que poco a poco caigamos víctimas de un estilo de vida que demandará más y más de nosotros, provocando insatisfacción ya que son temporales, y en el peor de los casos hará que perdamos el autorrespeto y nos desliguemos de los asuntos que son verdaderamente importantes.  Sin Jesús, Satanás nos tendrá en su poder al igual que a ese maniaco de Gadara.

  1. Las buenas nuevas del evangelio se centra en que Jesús aún sigue liberando a los atrapados bajo el poder del enemigo, hoy puede ser ese día para ti, no lo pienses más.
  2. Jesús murió por nuestros pecados para liberarnos de las garras del mal.  Si eres uno de esos liberados, hay muchos otros en este mar de la vida que necesitan conocer a Jesús.

HG/MD

“En él tenemos libertad y acceso a Dios con confianza por medio de la fe en él” (Efesios 3:12).