Lectura: 1 Corintios 2:9-16
En muchos lugares existen los llamados clubes de lectura mediante los cuales varias personas se ponen de acuerdo para leer un libro y comentarlo. En estos grupos también es muy común que existan preguntas sobre algún libro, que ninguno de sus miembros puede contestar. Cuando esto pasa es muy normal que digan: “Si tan sólo pudiéramos preguntarle al autor”.
Por ese motivo es cada vez más normal que algunos autores, por una tarifa establecida, se pongan a disposición para encontrarse, casi siempre en línea, con los miembros de un determinado club de lectura.
Esto es muy diferente para quienes nos reunimos a estudiar la Biblia ya que, sin cobrar una tarifa, sin tener conflictos de horarios, sin cobrar viáticos, de forma gratuita y sin solicitar requisitos de admisión, nuestro Señor Jesús siempre está con nosotros al abrir su libro.
Y por si esto no fuera suficiente, además, tenemos al Espíritu Santo quien nos guía para que entendamos cada una de sus palabras para nuestro tiempo. Una de las últimas promesas de Jesús a sus discípulos fue que Dios enviaría el Espíritu Santo para enseñarles (Juan 14:26).
Dios quiere que tengamos la mente del Autor (1 Corintios 2:16), para que, mediante la enseñanza del Espíritu comprendamos la grandeza del regalo que gratuitamente nos ha dado (1 Corintios 2:12).
- Dios es el autor de la Biblia y no está limitado al tiempo o al espacio; puede reunirse con nosotros en cualquier momento y lugar. Por eso, cuando tenemos una duda, podemos preguntarle con la certeza de que nos contestará… aunque tal vez no sea según nuestro cronograma.
- Si aún no has empezado a leer Su Palabra diariamente, hoy es el día para comenzar.
HG/MD
“Y nosotros no hemos recibido el espíritu de este mundo, sino el Espíritu que procede de Dios, para que conozcamos las cosas que Dios nos ha dado gratuitamente” (1 Corintios 2:12).
Muy cierto nuestra conexión con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo es todo el tiempo.