Lectura: Hebreos 12:1-11
La vida de Florence Chadwick (1918-1995) es un ejemplo de perseverancia y coraje. En 1952, intentó nadar los 42 kilómetros que separan la costa de California con la isla Santa Catalina.
Luego de nadar durante15 horas una niebla espesa apareció y confundió completamente el rumbo, entonces por seguridad tuvo que abandonar su meta. Por supuesto, Florence se sintió muy triste cuando se enteró de que su meta estaba apenas a un kilómetro y medio.
No obstante, esto no la desanimó, tan sólo dos meses más tarde intentó realizar la misma proeza por segunda vez. Sin embargo, la niebla volvió a aparecer, pero esta vez Florence pudo orientarse y finalmente alcanzó su tan anhelada meta, con lo cual se convirtió en la primera mujer en nadar y atravesar el Canal de Catalina. Florence dijo que mientras estaba nadando había mantenido en su mente una imagen de la costa, aunque no podía verla.
Es normal que los problemas de la vida nublen nuestra visión, y en esos momentos debemos aprender a ejercitar uno de los sentidos menos utilizados, ver nuestras metas con los ojos de la fe. La carta a los Hebreos, en el Nuevo Testamento, nos insta a que “…corramos con perseverancia la carrera que tenemos delante de nosotros puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe…” (Hebreos 12:1-2).
Cuando los sentidos humanos no son suficientes y nuestros deseos nos impulsan a rendirnos, estas antiguas palabras no sólo nos desafían a recordar lo que Jesús sufrió por nosotros, sino que Él también nos ayuda a soportar las dificultades y a seguir avanzando hasta que lo veamos cara a cara.
- Ayúdame a poner mis ojos en Ti y confiar en tus buenos propósitos en medio de los desafíos de la vida.
- ¡Cuando los sentidos y el ánimo fallan, continúa adelante, recurre a la fe en nuestro Señor y Salvador Jesús!
HG/MD
“Prosigo a la meta hacia el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:14).





0 comentarios