Lectura: Proverbios 15:13-17

Una mujer continuamente le decía a su hijo el siguiente proverbio: “El corazón alegre mejora la salud…” (Proverbios 17:22), lo hacía cuando pensaba que su hijo debía cambiar de actitud, por ejemplo, cuando observaba que él se dejaba llevar por su enojo, envenenando así sus pensamientos.  Era mejor sembrar una sonrisa en su corazón, que el odio que lo destruiría.

Estas seis sencillas palabras, nada extraordinarias, resumen el valor sin igual de la felicidad que encontramos en Dios, la cual brota desde lo más profundo de nuestro ser.

El proverbista recalca está verdad en otro pasaje: “El corazón alegre hermosea la cara” (Proverbios 15:13). Este proverbio nos dice que de acuerdo como nos sintamos así lo reflejará nuestra cara.

Luego, continua su idea con estas palabras: “Si estás triste, todos los días son malos; si estás feliz, todos los días son de fiesta” (v.15 – RVC).  Cuando las circunstancias son complicadas, en lugar de dejarnos quebrantar por ellas, tenemos la opción de acudir a Dios en búsqueda de consuelo y aliento, y de participar del banquete de Dios; ya Él nos ha dado motivos para vivir, “…has dado tal alegría a mi corazón… (Salmos 4:7).

  1. Siempre tendrás la tendencia natural de quejarte, pero también tienes la opción de dar gracias a Dios por aquellas cosas que das por sentado: la salud, los amigos, un hogar, el aire que todos los días nos permite seguir viviendo y luchar por un futuro mejor al lado de nuestro Dios.
  2. Si tienes a Jesús en tu corazón, que otros lo vean en tu rostro, ¡sonríe, tienes vida!

HG/MD

“Hijo mío, si tu corazón es sabio también a mí se me alegrará el corazón.” (Proverbios 23:15).