Lectura: 1 Juan 4:7-21

¿De dónde provienen las ideas con las que nos sorprenden los niños(as)?  Contaba un papá que una noche,  su pequeño  8 años llamado Esteban se dirigió hacia él, le miró y le dijo: “Tú eres mi segundo papá favorito.”   ¿Cómo?   Y pensó él:  ¿Me estoy perdiendo de algo aquí?  Entonces Esteban le aclaro rápidamente su malentendido.  “En primer lugar, está Dios. Él es mi Padre número UNO. Luego estas tu papá.”

Me alegro de que Esteban sea capaz de transferir sus sentimientos de amor, de su padre terrenal, a su Padre celestial.   Pero a algunas personas se les hace muy difícil el aceptar que existe: “otro padre.”  Lo único que conocen es un padre en la tierra que les abandonó, les abusó, les golpeo, les odio y les hizo sentir un dolor que ningún humano debería sentir, que es el desprecio de una de las personas que les dio la vida.  Para aquellos que no han visto nada más que malos ejemplos de padres terrenales, el llegar a confiar su vida a otro Padre no es fácil, aun si ese Padre es Dios.  No obstante esto no es imposible.

Si luchas en tu interior con el sentimiento de amar a Aquel que es nuestro Padre celestial, recuerda que Él es el Papá perfecto, porque Él personifica el amor (1 Jn. 4:7), la gracia, la misericordia y la compasión.  Él da cosas buenas a sus hijos (Mt. 7:11). Y Él amorosamente nos corrige para desarrollar nuestro crecimiento y madurez espiritual (Hebreos 12:9-11).

Incluso el mejor de los padres terrenales a veces nos defrauda. Sin embargo siempre se puedes confiar en tu Padre en el cielo.

  1. Asegúrate  que Dios sea tu Papá número UNO.
  1. Un buen padre refleja, el amor del Padre celestial.
  1. Hoy día del padre sé un Padre de verdad para con tus hijos, toma tiempo con ellos y cuéntales palabras llenas de amor: léeles la Biblia, mostrándoles que existe un Padre eterno que les quiere amar y salvar.

NPD/DB