Lectura: Lucas 4:1-13

A menudo los expertos en mercadeo que están detrás de las marcas que vemos y adquirimos, nos tratan de convencer por medio de sus anuncios publicitarios, a obtener un determinado bien o servicio y así ser felices. ¡Compre nuestro producto o servicio y sus problemas se acabarán! Algunos llaman a esto: ¡Gratificación instantánea!

Cuando nuestro enemigo Satanás tentó a Jesús (Lucas 4:1-13), le ofreció “satisfacción”.  Tentó a nuestro Señor para tomar el asunto en sus propias manos, evitar todo aquel sacrificio y sufrimiento, y que se olvidara de su Padre.

Recordemos un momento estas tentaciones, Jesús había hecho un ayuno por 40 días (v.2) y por supuesto debía estar hambriento, entonces Satanás le sugirió muy sutilmente, sabiendo su débil condición física, que convirtiera las piedras en pan; si el Señor hubiera cedido a la tentación, habría usado Su poder en beneficio propio, y por lo tanto se negó a hacerlo.

Luego continuó sus intentos al ofrecerle gobernar todos los reinos del mundo de manera inmediata (v.5-7).  ¿Para qué discípulos, enfermos, sacerdotes, fariseos, es más, para que la cruz?  Todo lo tendría en aquel momento.  Pero, eso habría mostrado desobediencia, con relación al plan de Dios y el mundo, todo tenía que acontecer según Su propósito eterno; no existen atajos en los trabajos bien hechos.

La tercera tentación es en la que caemos con gran frecuencia, en nuestras mentes muchas veces nos decimos: “Tranquilo no hay problema, nadie lo va a notar, el costo es imperceptible, nada pasará, eres un hijo o hija de Dios”.  El precio del pecado finalmente nos alcanza y se acumula, es desilusión, culpa, es en verdad muerte de relaciones, esperanzas, sueños, expectativas y planes (v.9-12). 

Satanás quiere que hagamos las cosas a su manera y no se rendirá con facilidad; aun sabiendo que Jesús era Dios y que había fracasado en su intento de tentarlo, Satanás sólo se fue: “por algún tiempo” (v.13).

  1. Las tentaciones siempre estarán ahí ofreciéndote un atajo a la verdadera felicidad, nunca tomes ese atajo.
  2. Debemos estar atentos, pues siempre nuestro enemigo y sus secuaces querrán que fracasemos en los planes que Dios tiene para nosotros; ¡ánimo!, recuerda siempre las respuestas de Jesús a la tentación.

HG/MD

“Jesús le respondió: Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre” (Lucas 4:4).