Lectura: Santiago 1:1-15
Las tentaciones y las pruebas son de alguna forma dos caras de una misma moneda, porque una sola palabra griega (peirasmos) comunica las dos ideas. Hoy al leer Santiago 1:1-15, se nos dice que nos regocijemos cuando nos encontremos en diversas “pruebas”. No obstante, al leer el verso 13 podemos tener dudas al respecto, pues se nos dice: “Nadie diga cuando sea tentado: “Soy tentado por Dios” porque Dios no es tentado por el mal, y él no tienta a nadie”.
En un interesante sermón, que lleva por título: “La fe probada y coronada”, Alexander Maclaren hizo una distinción entre el ser tentado y ser probado. Explicó que la palabra “tentado”, comunica la idea de apelar a lo peor del ser humano con la intención de que este ceda y haga lo malo. En tanto, la palabra “probado”, implica apelar a lo mejor del ser humano, con la intención de que sea capaz de resistir.
Maclaren continuó de la siguiente forma diciendo: “La tentación nos dice: Haz eso agradable, no te detengas solo porque sea malo. La prueba por el contrario nos dice: Haz esto noble, no te detengas, aunque sea doloroso”.
Dios hace uso de las pruebas para hacernos “completos y cabales, no quedando atrás en nada” (v.4). Y ha prometido una “corona de vida” (v.12) a los que soporten.
De modo que cuando pasemos por medio de una prueba o cuando llegue la tentación, debemos recordar lo que Dios está logrando en nosotros al fortalecer nuestro carácter, para que podamos resistir los ataques del enemigo con su ayuda y llegar a ser más cercanos a lo que Él desea, que seamos semejantes a Jesús.
- El Señor promete estar ahí cuando pases por los desiertos y valles oscuros de la vida, nunca estás sólo Él va siempre contigo.
- Recuerda entonces, satanás nos tienta para sacar lo peor de nosotros, Dios nos prueba para sacar lo mejor de nosotros.
HG/MD
“¡Hermanos míos, tengan por sumo gozo cuando se encuentren en diversas pruebas!” (Santiago 1:2).