Lectura: 2 Corintios 9:6-15

Los padres le dieron a su hijo pequeño unas monedas para que comprara leche para el almuerzo escolar, debido a que en ese momento no había en la alacena.  Cuando el niño regresó a su casa en horas de la tarde, su mamá le consultó si había comprado la leche durante la hora del almuerzo.  El niño se puso a llorar y en medio de sollozos le dijo: “No, la leche costaba 5 monedas y yo solo tenía 10”.

Cuán irónica es esta respuesta, pero cuantas veces hemos actuado de esta forma, utilizando los mismos argumentos infantiles ante las exigencias que nos hacen.  De acuerdo con la Palabra de Dios, los creyentes tenemos todos los recursos que realmente necesitamos, “Y poderoso es Dios para hacer que abunde en ustedes toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo necesario, abunden para toda buena obra” (2 Corintios 9:8).

El apóstol Pablo no nos está diciendo que tenemos un cheque en blanco, nos está diciendo que tendremos siempre lo que sea suficiente, tal como lo aclara en 1 Timoteo 6:8: “Así que, teniendo el sustento y con qué cubrirnos estaremos contentos con esto”.  Al entender este principio tenemos la seguridad de que su gracia es suficiente para hacer la voluntad del Señor, ya sea para colaborar con su obra, como lo explica Pablo en 2 Corintios 9:7 “Cada uno dé como propuso en su corazón, no con tristeza ni por obligación porque Dios ama al dador alegre”; o dando de nuestro tiempo y amor a personas que lo necesiten.

  1. Cualquiera que sea la tarea o propósito que Dios te ha dado, Él se asegurará que abunde en ti toda su gracia.
  2. Cuando Dios te llama a servirle, Él también te provee de las herramientas para llevar a cabo esa tarea.

HG/MD

“Así que, teniendo el sustento y con qué cubrirnos estaremos contentos con esto” (1 Timoteo 6:8)