Lectura: Proverbios 9:1-12

El temor tiene diferentes significados para diferentes personas.  Algunos presentan fobias que los inmovilizan, por ejemplo: La glosofobia que es el miedo de hablar en público y es muy común.  Otro tipo de fobia es la misofobia que es el excesivo miedo a los gérmenes y la suciedad, la cual puede conducir a la gente a la limpieza extrema o al lavado de manos compulsivo.

Sin embargo; existen otro tipo de miedos que nos pueden ayudar. Algunos deportistas de alto nivel han reconocido que el temor forma parte de sus vidas.  Muchos los ven como personas de gran seguridad y confianza, pero si eso fuera cierto podría ocasionarles un exceso de confianza nada deseado.  El temor los hace seguir adelante, y los motiva a mantenerse en forma.

El seguidor de Jesús también puede usar el temor para su beneficio.  Las Sagradas Escrituras nos instan a tener un temor reverente a Dios, el cual es el mejor tipo de temor que hay. Nos hace estar conscientes de que debemos obedecer y vivir de acuerdo con lo que Él nos ha revelado para este tiempo de gracia en que nos encontramos.  Es entender ante quien estamos, su Grandeza, reconocer su perfecta voluntad y buscar su sabiduría para vivir. Tal como nos lo dice Proverbios 9:10: “El principio de la sabiduría es el temor del Señor, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia” (Proverbios 9:10).

  1. Con un correcto temor a Dios, podemos vivir en un mundo perdido de una manera que le agrade.
  2. Si temes a Dios, no tendrás nada más de que temer.

HG/MD

“El temor del Señor es fuente de vida, para apartarse de las trampas de la muerte” (Proverbios 14:27)