Lectura: Santiago 1:1-8
Dos niños que se vistieron como ovejas en la obra de Navidad en la Iglesia de la Comunidad de Kaw Prairie en De Soto, Missouri, tenían un papel especial. Siempre que Murphy, el personaje principal en la obra, se encontraba con algún problema, las ovejas (María y Luke) salían a escena para ofrecer un recordatorio de lo que el necesitaba hacer. Una de las ovejas llevaba un aviso que decía: “Sólo.” La otra llevaba otro aviso que decía: “Ora.”
Todos nos hemos enfrentado a situaciones cuando no sabíamos qué hacer, o cuando no había nada que pudiéramos hacer. Cuando estamos angustiados, probablemente no queremos oír a alguien decirnos con ligereza: “¡Sólo ora!” La respuesta parece demasiado simplista e incluso puede sentirse hiriente si se dice sin pensar.
Pero la simple respuesta “Sólo ora” es exactamente lo que necesitamos hacer. Durante los días de la iglesia primitiva, Santiago les escribió a los creyentes que pasaban por pruebas – dificultades de las que la mayoría de nosotros no sabemos nada; apedreamientos, encarcelamiento, y golpizas por su fe. Él les dijo que le pidieran a Dios la sabiduría y el consuelo para soportar esas pruebas: “Pero si alguno de vosotros se ve falto de sabiduría, que la pida a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.” (1:5).
Cuando te encuentres con algún problema, recuerda las instrucciones sencillas de las ovejas del “Sólo ora” y habla con Dios al respecto. Él te dará lo que necesitas.
1. ¡Sólo ora!
2. Nuevamente: “¡Sólo ora!”
“Estén siempre alegres, oren sin cesar, den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús.” – 1 Tesalonicenses 5:16-18