Lectura: Hebreos 3:1-13

En la ciudad de Punta del Este en Uruguay, más específicamente en la parada 4 de la Playa La Brava, hay una escultura compuesta por cinco dedos parcialmente sumergidos y emergiendo de la arena y que señalan en dirección al firmamento, la obra data de 1982 y su creador es Mario Irarrázabal.

Debido a los múltiples contratiempos que enfrentó su creador, a esta escultura se le dio el nombre de “Hombre emergido a la vida”, sin embargo, hoy día se le conoce también por un nombre bastante más oscuro, como el Monumento al Ahogado, esto debido a que algunos han dicho que se trata de un recordatorio visual para advertir sobre los peligros del mar, y por supuesto en especial el de ahogarse.

Podemos decir que la Biblia también contiene múltiples señales de advertencia en sus páginas.  Por ejemplo, en la carta a los Hebreos, se nos advierte sobre los peligros para el alma: “Miren, hermanos, que no haya en ninguno de ustedes un corazón malo de incredulidad que se aparte del Dios vivo. Más bien, exhórtense los unos a los otros cada día mientras aún se dice: “Hoy”, para que ninguno de ustedes se endurezca por el engaño del pecado” (Hebreos 3:12-13).

El contexto del pasaje les recuerda a sus lectores sobre la incredulidad y la rebelión de Israel en el desierto. Aunque eso sucedió varios siglos antes de que se escribiera esta carta, el principio espiritual sigue vigente: debemos exhortar a los demás a resistir el endurecimiento del corazón por el pecado.

Las señales de advertencia son para protegernos. Alabado sea Dios que nos dejó señales en su Palabra porque nos ama profundamente.

  1. Debes estar atento a las palabras de advertencia para nuestro tiempo que se encuentran en las Escrituras, por ello como prioridad debes leer su Palabra.
  2. Dios te ama tanto que en ocasiones tendrá que disciplinarte, para recordarte quién eres: Su hijo o hija.

HG/MD

“Porque el Señor disciplina al que ama y castiga a todo el que recibe como hijo” (Hebreos 12:6).