Lectura: Mateo 7:7-11

Estaba paseando cerca de un lago y alrededor de él se encontraban muchas familias con niños pequeños quienes disfrutaban del soleado día, había una en particular que se acercó al lago con un puñado de migas de pan. 

No había movimiento en el agua y entonces una pequeña niña empezó a tirar las migas en el lago, en ese momento unos 20 peces de colores empezaron a saltar frenéticos fuera del agua, abriendo sus brandes bocas para aprovechar aquel festín de pan.

Me pregunté, ¿por qué estos peces agitaron sus aletas con tanta fuerza?  ¿Sería por la presencia de aquella niña y la respuesta condicionada de sus pequeños cerebros, o debido a la sombra de una persona y el sonido de migas cayendo en el agua?

Al pensar en ello me pregunto si como aquellos peses tienes la misma respuesta inmediata ante la presencia de Dios en tu vida, sabiendo que Él siempre te da bendiciones sin merecerlas, como disfrutar de un techo sobre tu cabeza, comida en tu mesa, o ropa que ponerte.

El misionero inglés William Carey (1761-1834) dijo lo siguiente sobre este tema: “Espera grandes cosas de parte de Dios. Intenta grandes cosas para Dios”.  Dios desea que respondas de manera natural y agradecida a la hora de servirle, al hacer esto, puedes estar seguro que Él te equipará de manera perfecta para lo que Él quiere que hagas, y te invita a acercarte confiadamente para encontrar Su misericordia y gracia tanto en tiempo de necesidad (Hebreos 4:16) como en tiempo de tranquilidad (2 Timoteo 2:22).

  1. Tienes el gran privilegio de poner a Su servicio lo mejor de ti, ya que Él te capacita para ello y ya te dio lo mejor de sí, a Jesús (Mateo 7:8-11).
  2. Mantente a la expectativa para detectar nuevas formas en las cuales puedas mostrarle tu agradecimiento a Dios.

HG/MD

“Acerquémonos, pues, con confianza al trono de la gracia para que alcancemos misericordia y hallemos gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4:16).