Lectura: Deuteronomio 6:1-9

Se ha vuelto cada vez más común la combinación entre el ejercicio y la tecnología con la aparición de los “wearables” (tecnología que se puede vestir), ejemplos de ello son los teléfonos inteligentes o las pulseras de actividad, con los cuales las personas pueden controlar múltiples indicadores a la vez: ritmo cardiaco, cantidad de pasos en el día, calorías promedio gastadas; saber todos estos datos motiva a las personas a ir al siguiente nivel en su preparación física y por lo tanto en el cuidado de su salud.

Una mujer se puso la meta de caminar al menos 10.000 pasos al día, entonces decidió que cada día iba a dejar más lejos el automóvil de su trabajo, y en el día trataba de realizar micro actividades de ejercicios, todo esto con la ayuda de un reloj inteligente como recordatorio visible, el cual también le proveía pequeñas rutinas de ejercicios, estas pequeñas acciones produjeron un cambio en su estilo de vida.

Los recordatorios visibles también tienen un lugar en tu caminar en la fe.  Dios le instruyó a su pueblo Israel, que guardara sus mandamientos en sus corazones, pero también les dio por así decirlo, algunos consejos para que les sirvieran como recordatorios visibles de la importancia de mantenerse cercanos a la Palabra de Dios: “Las atarás a tu mano como señal, y estarán como señal entre tus ojos.  Las escribirás en los postes de tu casa y en las puertas de tus ciudades” (Deuteronomio 6:8-9). 

El propósito no era que estas cosas o palabras se convirtieran en una especie de “amuleto de la suerte” o una “decoración” para sus casas, sino que fuera una forma para recordarles la liberación espiritual con la que habían sido beneficiados, “…ten cuidado; no sea que te olvides del Señor que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud” (v.12).

  1. Tener un pasaje bíblico impreso en la casa o el trabajo, compartir versículos en tus redes sociales, memorizar regularmente pasajes en la versión de la Biblia que prefieras, estudiar Su Palabra, y brindar aliento y ánimo a otros, pueden convertirse en recordatorios diarios de lo agradecido que estás con el Señor.
  2. Guarda la Biblia en tu corazón y no en una repisa.

HG/MD

“Estas palabras que yo te mando estarán en tu corazón” (Deuteronomio 6:6).