Lectura: Juan 11:17-27

Durante muchos años, muy a menudo le he recordado a personas en duelo, la maravillosa verdad de la resurrección gloriosa que espera a todos los que creen en Jesucristo. Pero a veces las personas afligidas están tan abrumadas por su pérdida que no pueden regocijarse con la perspectiva de una reunión lejana en el futuro.

En Juan 11, leemos acerca de la lucha de Marta, entre sus sentimientos y lo que ella sabía que era verdad. Ella estaba triste porque su hermano Lázaro había muerto. Cuando Jesús habló con ella, le dijo que ella creía en un futuro día de resurrección. Pero Jesús le llevó un paso más allá y le ayudó a encontrar consuelo al enfocarse en Él y no sólo en un hecho futuro. Él declaró: «Yo soy la resurrección y la vida» (v. 25). Esto la llevó a confesar su fe en Él (v. 27). Su nuevo enfoque en Él debe de haberle ayudado a ella porque ella se dirigió a su hermana María y le dijo que viniera a Jesús (v.28).

Es maravilloso saber que debido a que Jesús murió por nuestros pecados y resucitó de la tumba podemos esperar el grandioso día de la resurrección. Pero es aún más reconfortante saber y confiar en Aquel que es la resurrección y la vida. Él está presente con nosotros hoy para consolar, tranquilizar, y fortalecernos a través de todas nuestras circunstancias (Mt. 28:20).

1. Si estás pasando por el valle de lágrimas, ten siempre presente que Dios promete atravesarlo contigo, no quitarte la experiencia que dejan las situaciones difíciles, pues son de enseñanza y recordatorio para nuestras vidas de fe   Sino lo crees vuelve a leer el Salmo 23

2. El Rey que viene, es nuestro actual compañero.

NPD/HVL