Lectura: Miqueas 5:1-5

Hace algunos años unos historiadores usaron toda su creatividad al escribir un libro: “Si…o la historia escrita de nuevo”.  Algunos de los “Sis…” que estos estudiosos de la historia consideraron fueron los siguientes: “¿Y si los Estados Unidos hubieran perdido su batalla de independencia contra los ingleses?, otro fue: “¿Si los moros hubieran ganado finalmente en España?”, “¿Y si Napoleón hubiera huido hacia América?” o ¿si Simón Bolívar no hubiera encendido la llama de la independencia en América del Sur?”

El intento por reconstruir el pasado basado no solamente en suposiciones, es tan sólo un juego de estos historiadores.  Pero tomemos un minuto y supongamos que aplicamos este “Y si…” a uno de los momentos más importantes de la historia: el nacimiento de Jesús, el cual había sido predicho cientos de años atrás por el profeta Miqueas 5:2, “Pero tú, oh Belén Efrata, aunque eres pequeña entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será el gobernante de Israel, cuyo origen es antiguo desde los días de la eternidad”. Y si… hubiera dejado nuestra fe en “jaque mate” (jugada final del ajedrez).

Esta suposición sería como imaginar una tierra sin amanecer, o los cielos en una noche despejada sin estrellas, pero este “y si…” debe tomarse muy en serio, sobre todo en estas épocas, pues el mundo parece haber querido olvidar el verdadero significado de la primera venida de Cristo.

  1. ¿Te imaginas un mundo sin Cristo? ¿Qué hubiera sido de la historia si Jesús nunca hubiera nacido? ¿Qué sería de tu vida sin Jesús?  Gracias a Dios no existe este “y si…” en la historia.
  2. Un mundo sin Jesús, es un mundo sin esperanza.

HG/MD

“Pero cuando vino la plenitud del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley” (Gálatas 4:4).