Lectura: Romanos 5:6-19

Era la primera vez que me encontraba con mi vecino, el cual acababa de mudarse hacia unos pocos días. Él me dijo que tenía problemas del corazón y había vendido su negocio por consejo de su médico.

Pareció muy sorprendido cuando le dije: “Sí, lo sé, y yo entiendo cuando usted me dice que nació con un corazón en malas condiciones”

Enfáticamente le respondió: “¡Oh, no, yo tuve el ataque al corazón hace apenas un año! Antes de eso mi corazón era perfecto”.

“Pero”, agregué, “Recientemente, esta mañana leí que todos habíamos nacido con una enfermedad cardíaca.” Le referí a lo que Dios dice acerca del corazón humano pecador y de la necesidad de un nuevo corazón.  Era la primera vez que oía el diagnóstico real de su problema cardíaco.

Mi buen vecino tenía problemas con su corazón físico, pero la condición realmente preocupante era la de su corazón espiritual,  el cual era un problema mucho más serio. Todos tenemos este problema debido a que Adán introdujo el pecado en la raza humana (Romanos 5:12-14).  El pronóstico para este problema de corazón es más que la muerte física,  es la muerte espiritual (Rom. 6:23).

Sólo hay un remedio.  Un tener un “corazón nuevo” el cual debe ser suministrado por el gran médico: Jesús.  Él hace su obra en nosotros cuando reconocemos nuestros problemas de corazón y dejamos que Él opere por su gracia y nos dé la vida eterna.

1 ¿Cuál es la condición de tu corazón?

2. Necesitamos algo más que un nuevo comienzo.  Necesitamos un corazón nuevo.

NPD/MDH