Lectura: Éxodo 14:1-14

No sé si alguna vez te han hecho esta pregunta: “¿Eres parte del problema o de la solución?”  Normalmente este tipo de preguntas surgen luego de una situación problemática en el hogar, la iglesia o el trabajo, y suelen estar relacionadas con un sentimiento de frustración al tratar de comprender por qué alguien ha actuado de determinada manera.

Por lo general, la respuesta es una cuestión de perspectiva.  Por ejemplo, si hubieras estado entre los israelitas que salieron de Egipto luego de 400 años esclavitud, tal vez hubieras pensado que el Faraón era gran parte del problema, y de hecho lo fue.  No obstante, ante los ojos de Dios había algo más.

El Señor quería que su pueblo aprendiera una lección, por eso le ordenó a Moisés que hiciera retroceder al pueblo hacia Egipto, y que acamparan a espaldas el Mar Rojo exponiéndolos a un ataque del Faraón (Éxodo 14:1-3).  Por supuesto, lo primero que pensó el pueblo fue, ¡vamos a morir!, sin embargo, Dios tenía otros planes, ser glorificado y honrado a través del monarca y de todo su ejército, y que los egipcios se enteraran de primera mano que Él era el Señor (vv. 4, 17-18).

  1. Cuando no entiendas por qué Dios permite que te atrases por circunstancias complicadas, es bueno recuerdes que a pesar de todo Él continúa teniendo el control, y todo lo que suceda redundará finalmente en algo que le brinde gloria, y estará de acuerdo con su plan perfecto.
  2. Al encontrarte en esos momentos puedes decirle a nuestro Padre Celestial, que te brinde fuerzas para confiar más en Él y honrarlo sin importar el resultado, aceptando su perspectiva.

HG/MD

“En ti confiarán los que conocen tu nombre pues tú, oh Señor, no abandonaste a los que te buscaron” (Salmos 9:10).