Lectura: Proverbios 16:20-28

Dos estudiantes universitarios decidieron hacer algo diferente y práctico para mostrar su fe en la Universidad a la que asistían. Todos los lunes por las tardes y durante dos horas, se ubicaban en uno de los corredores más transitados, con un cartel a su lado que decía: “Palabras bonitas gratis”.

Pasaban todos esos minutos diciéndoles a los otros alumnos y profesores, cosas positivas y bonitas, como, por ejemplo: “Que linda sonrisa tienes”, “Me gusta el color de ese abrigo”, “que tengas una muy buena semana”, entre muchas otras cosas.

Esta práctica llegó a ser tan aceptada, que muchos estudiantes a propósito pasaban a su lado los lunes a esas horas, con el propósito de que los muchachos les dijeran algún elogio o palabras amables.

La creatividad de estos dos jóvenes es extraordinaria, tomar parte de su vida para tan sólo decir algunas frases bonitas a otras personas, en lugar de criticar o buscar un error en ellas, hace la diferencia.  Como seguidor de Jesús, debes preguntarte y reflexionar sobre si esta buena costumbre debería ser común para ti como creyente todos los días.

En lugar de ser una persona que se centre en las cosas no tan buenas de otros, y como dice el libro de Proverbios 16:27: “en sus labios hay como fuego abrasador”, puedes tener un enfoque diferente, dejando que de tus labios salgan palabras de aliento: “El corazón del sabio hace prudente su boca, y con sus labios aumenta el saber. Panal de miel son los dichos agradables; son dulces al alma y saludables al cuerpo” (vv.23-24).

  1. Prueba decir solamente palabras agradables y de aliento a otros, recuerda son gratis.
  2. Quizás la persona a tu lado necesite hoy una palabra de ánimo para continuar adelante.

HG/MD

“El corazón del sabio hace prudente su boca, y con sus labios aumenta el saber” (Proverbios 16:23).