Lectura: Efesios 3:14-21

La mañana estaba soleada y calurosa, perfecta para hacer un día de campo, es por eso que Ole y su novia Bess fueron de paseo al lago con su bote de remos.  Ambos disfrutaron de la vista y del lago, hasta que a Bess se le ocurrió que sería buena idea comer un frío helado.

Ole como buen enamorado, tomó el bote de remos y realizó un viaje de aproximadamente 8 kilómetros de ida y vuelta con el fin de satisfacer el antojo de su amada.  Cuando regresó estaba muy cansado y el helado estaba totalmente derretido.

A partir de esta experiencia, Ole se dijo a sí mismo que debía haber alguna solución para resolver este tipo de problema, así que puso su mente mecánica a trabajar y un año después, en 1907, estaba probando su primer motor ligero y desmontable para botes pequeños.  Años más tarde se casó con Bess y juntos fundaron una empresa de motores fuera de borda con el apellido familiar, “Evinrude”, y su primer lema publicitario fue: “¡No remes! ¡Tira tus remos!”.

Ole Evinrude no era un holgazán, sino un hombre que conocía por experiencia propia los límites del poder humano. En nuestra sociedad moderna cada día ponemos nuestra confianza en máquinas que hacen más fáciles nuestra vida.  Pero cuando lo trasladamos al área espiritual, somos tercos y muchas veces depositamos nuestra confianza en nuestros propios esfuerzos, en lugar de confiar en Dios.

En el capítulo 3 de Efesios, el apóstol Pablo escribió con respecto a esta situación: “a fin de que, conforme a las riquezas de su gloria, les conceda ser fortalecidos con poder por su Espíritu en el hombre interior” (v.16).  En lugar de seguir tratando de hacer las cosas por nuestras propias fuerzas, el apóstol Pablo nos instó a encontrar la fuerza en: “…Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o pensamos, según el poder que actúa emos nosotros” (v.20).

  1. El secreto para hacer la voluntad de Dios es depender de Su poder.
  2. No sigas remando, no continúes luchando sólo, pídele a Dios que te fortalezca y acompañe en el camino de fe que transitas.

HG/MD

“A fin de que, conforme a las riquezas de su gloria, les conceda ser fortalecidos con poder por su Espíritu en el hombre interior” (Efesios 3:16).