Lectura: Hebreos 11:1-6

Un conocido refrán dice: “Todos tendremos nuestros 5 minutos de fama”, sin embargo, en la mayoría de los casos eso no es verdad.  Hay millones y millones de personas que jamás lograrán llamar la atención ni por un momento, y no es porque no lo merezcan, ya que muchos de ellos son personas que trabajan duro, tienen una vida de fe creciente, buenos hogares, ayudan a quienes están en problemas, son buenos padres y madres, buenos hijos e hijas, tan sólo por decir algunas características positivas.

Quizás estas personas jamás serán reconocidas por alguien más que por sus familias y amigos, seguramente sus nombres nunca estarán registrados en los libros de historia, y talvez no reciban agradecimiento por su servicio.  Pero sabes una cosa, Dios si ve su fidelidad y se complace en su obediencia (1 Samuel 15:22).

En el libro de 2 Corintios 5:9, el apóstol Pablo dice lo siguiente: “Por lo tanto, estemos presentes o ausentes, nuestro anhelo es serle agradables” El Señor espera que creas en Él y que le sirvas, a pesar de que nunca lo has visto, de eso se trata la fe (Hebreos 11:6); sabiendo que la aprobación de Dios es mejor que el reconocimiento de las multitudes.

  1. Lo que hagas por otros, no debe ser en función de un reconocimiento, sino porque estás profundamente agradecido con Dios por haberte dado vida cuando estabas muerto.
  2. ¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo sin esperar nada a cambio?  Sino lo recuerdas, deberías examinar tu vida y tus motivaciones.

HG/MD

“Y sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe y que es galardonador de los que le buscan” (Hebreos 11:6).