Lectura: Juan 11:1-7

Durante una visita a la oficina de un amigo, me di cuenta de que la forma de priorización de los correos electrónicos había cambiado del tradicional “Correos de Entrada” y “Correos de Salida”,  por un conjunto de cinco niveles de clasificación o etiquetas: conocidos como: “Correo crítico”, “Correo urgente”, “Correo importante”, “Correo no prioritario”, “Correo a largo plazo”.  Esas clasificaciones me recordaron que al menos que tengamos la perspectiva correcta de Dios cada día, esas presiones siempre determinarán nuestras prioridades.

Juan 11:1-7 nos recuerda cuán radicalmente el sentido de urgencia de Dios es diferente al nuestro. Note la cadena de acontecimientos: Lázaro estaba enfermo. Sus dos hermanas, María y Marta, enviaron un mensaje de su enfermedad a Jesús. Entonces vemos dos declaraciones aparentemente incompatibles: “Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro.  A pesar de eso, cuando oyó que Lázaro estaba enfermo, se quedó dos días más donde se encontraba.” (Juan 11:5-6).

Un hombre moribundo y un Señor retrasando su visita. Las prioridades de Jesús no fueron determinados por la presión, sino por la perfecta comunión con Su Padre celestial.

“Pero yo no soy Jesús,” puede ser una de las más comunes escusas. “Mi vida está en estos momento yendo por la vía rápida y el día no tiene horas suficientes para todo lo que quiero hacer”.  Sin embargo Cristo nos llama a consultar con él cada urgencia y emergencia, para escuchar Su sabia dirección, y para hacer tiempo en nuestras agendas para las cosas que son verdaderamente importantes en la vida.

1. ¿Cuáles son las verdaderas prioridades que necesitan nuestra atención hoy en día? ¿Qué tipo de presiones tienden a confundir mis efectivas prioridades? ¿Estoy dando el tiempo suficiente a mis relaciones con Cristo, con mi familia, con mis amigos?

2. Centrarse en Cristo, pone todo lo demás en perspectiva.

NPD/DCM