Lectura: Salmos 119:33-40
Un granjero llegó a una tienda donde vendían artefactos tecnológicos, uno de los jóvenes vendedores se le acercó y le preguntó a que se dedicaba; el hombre le dijo que se dedicaba a labores en el campo e inmediatamente le empezó a ofrecer toda la variedad de equipos tecnológicos que tenían a disposición, desde teléfonos inteligentes, computadoras portátiles, tabletas, entre otros.
El vendedor también le indicó que utilizar algunos programas de cómputo, podría hacer más fácil su labor, desde tener el control sobre sus cosechas, los insumos agronómicos, sus ventas, entre otras muchas actividades ligadas a las labores de una granja.
El granjero escuchó con paciencia toda la explicación del joven vendedor y le dijo: “Yo sé hacer todo lo que usted me dijo, pero a mano, lo que no sé es cómo usar esos aparatos y programas de los que me está hablando”.
Ese también puede ser nuestro problema cuando leemos la Biblia, aunque sabemos de manera general lo que dice, en ocasiones nos resulta difícil profundizar en su contenido, poner sus principios en práctica y crecer en nuestra relación con Dios. El autor de Hebreos lo expone de la siguiente manera: “Pues todo el que se alimenta de leche no es capaz de entender la palabra de la justicia, porque aún es niño. Pero el alimento sólido es para los maduros; para los que, por la práctica, tienen los sentidos entrenados para discernir entre el bien y el mal” (Hebreos 5:13-14).
- ¿Tienes problemas al comprender lo que lees en la Biblia? Si es así, no te desanimes, por el contrario, pide a Dios ayuda para entender Su Palabra, has preguntas a personas que tengan una vida espiritual reconocida y, sobre todo, pon en práctica los principios que aprendes de ella.
- No olvides leer tu Biblia para que seas sabio; créela para que tengas seguridad de tu fe y practícala para ser cada día más parecido a Cristo en Sus prioridades y carácter.
HG/MD
“Dame entendimiento, y guardaré tu ley; la observaré con todo el corazón” (Salmos 119:34).