Lectura: 2 Corintios 11:16-30

Desde hace algunos años, diferentes estudios han concluido que los coyotes están repoblando gran parte del este de los Estados Unidos.

Con respecto a este hecho, hay múltiples opiniones, algunas a favor y otras en contra; los segundos ven este resurgimiento como una amenaza para los animales domésticos y por ello lo consideran negativo, otros, por el contrario, los ven como un controlador de plagas naturales para el medio ambiente.  Ejemplo de esto es el testimonio de un granjero: “Estamos muy agradecidos por la reaparición de estos animales, ya que matan ratones y conejos, los cuales causan muchos problemas para los sembradíos”.

De esta misma manera en que algunos ven a los coyotes como beneficiosos o portadores de problemas, clasificamos a las personas con las cuales interactuamos; en algunos reconocemos el peligro que representan, pero ahí es donde viene el desafío: ¿cómo podemos acercarnos a estas personas y a través de nuestro testimonio mostrarles que en Cristo Jesús existe una mejor manera de vivir?

El apóstol Pablo nos ejemplificó esto en su propia vida, él se forzaba a ver en los peligros de su vida, oportunidades para compartir su fe en Jesús.  Hasta llegó al punto de gozarse “en las debilidades, afrentas, necesidades, persecuciones y angustias por causa de Cristo” (2 Corintios 12:10).

  1. Señor, ayúdanos para poder ver oportunidades de crecimiento donde otros solo ven problemas.
  2. Al mantener nuestra mirada en Jesús, los problemas se convierten en oportunidades.

HG/MD

“Si es preciso gloriarse, yo me gloriaré de mi debilidad” (2 Corintios 11:30).