Las Polillas Moteadas. . . ¿Pruebas de la Evolución?

por | Ago 6, 2025 | Creacionismo | 0 Comentarios

Creacionismo

Esta historia se ha promocionado durante años como un gran ejemplo de la evolución darwiniana en acción.

Es altamente probable que hayas escuchado esta historia antes. Se trata de una de las vacas sagradas de la evolución: la polilla moteada. La historia de esta polilla se ha presentado durante décadas como el principal ejemplo de “evolución en acción”. Es una historia fascinante sobre cómo, debido a una combinación de cambios ambientales y depredación selectiva, una polilla se convirtió en… bueno… una polilla.

La polilla moteada, científicamente conocida como Biston betularia, existe en dos formas primarias: una de color claro con manchas, y otra casi negra. Según cuenta la historia, a mediados del siglo XIX predominaba la variedad más clara de la polilla (variedad típica). Durante la Revolución Industrial, los líquenes de los troncos de los árboles murieron, el hollín se depositó en los árboles y, como resultado, los árboles se oscurecieron. A medida que se produjo este cambio, la población de polillas más oscuras (variedad carbonaria) aumentó, presumiblemente debido al camuflaje que ofrecían los árboles más oscuros. Las aves depredadoras no podían ver las polillas oscuras sobre la corteza ennegrecida. A medida que aumento la población de polillas más oscuras, disminuyo la población de polillas más claras.1

¿Ejemplo de la evolución darwiniana en acción?

Innumerables libros de texto están profusamente ilustrados con fotografías de polillas claras y oscuras descansando sobre troncos de árboles claros y oscuros para enseñar las maravillas de la evolución. “Es el golpe de gracia de la selección natural, la historia paradigmática que convierte a los estudiantes de secundaria y universitarios a Darwin, el devastador gancho izquierdo a la mandíbula del creacionismo”.2

Gran parte de la “prueba” de este cambio evolutivo provino del trabajo de un hombre llamado Dr. Bernard Kettlewell, un médico convertido en entomólogo de la Universidad de Oxford. El Dr. Kettlewell estaba intrigado por los cambios en las poblaciones de polillas interrelacionadas. En sus experimentos, se propuso demostrar que los cambios eran el resultado de la selección natural en respuesta al cambio ambiental y la depredación selectiva.

La Obra de Kettlewell

En primer lugar, Kettlewell tenía que demostrar que las aves eran de hecho depredadores de estas polillas. Hasta ese momento, muchos biólogos no consideraban a las aves como los principales depredadores de la Biston. Kettlewell soltó polillas en un aviario y observo como se las comían mientras descansaban. Esta observación resolvió el problema de la depredación de aves, al menos para satisfacción de Kettlewell.3

Para la siguiente fase de su estudio, Kettlewell fue a una zona boscosa contaminada cerca de Birmingham, Inglaterra. Allí los árboles se habían oscurecido debido a la contaminación. En el bosque, Kettlewell llevó a cabo el primero de sus experimentos de liberación y recuperación. Liberó 447 polillas de la variedadcarbonaria y 137 de la variedad típica. Se colocaron trampas para recapturar las polillas esa noche, y se evaluó el número de cada variedad a la mañana siguiente. Se recuperó un porcentaje mucho mayor de polillas más oscuras que de polillas más claras. Kettlewell recuperó el 27,5 por ciento de la carbonaria, pero solo el 13,0 por ciento de la típica. A partir de estos datos, Kettlewell concluyó que “las aves actúan como agentes selectivos”4 y posteriormente consideró que esto representaba la evolución por selección natural.

Para examinar esto más a fondo, Kettlewell emprendió otro experimento de liberación y recaptura. Se realizó en una zona boscosa cerca de Dorset, Inglaterra, donde los árboles no habían sido oscurecidos por la contaminación. Como antes, tanto las polillas claras como oscuras fueron liberadas y luego recapturadas y contadas. En este caso se recapturó el 12,5 por ciento de la variedad típica, pero solo el 6,3 por ciento de las carbonarias. Kettlewell anticipó este resultado porque planteó la hipótesis de que las aves cazan más fácilmente las polillas más oscuras que de las más claras debido al color más claro de los árboles.

Añadiendo credibilidad a la teoría de Kettlewell, otros señalaron que, a medida que disminuía la contaminación, la población de polillas más claras aumentaba en algunas áreas. A fines de la década de 1950, se promulgaron leyes de control de la contaminación y se mejoró la calidad del aire. En algunos lugares, cuando los líquenes regresaron a los árboles, se produjo el aumento esperado en la población de la variedad de polilla tipica.5 Los científicos creían que este aumento confirmaba aún más este ejemplo viviente de la evolución.

A partir de este momento, no hubo forma de detener la causa popular de las polillas moteadas. Los libros de texto de biología de la escuela secundaria y la universidad anunciaron a la polilla moteada como el ejemplo clásico de la evolución en acción. La historia de la polilla moteada se ha presentado a los estudiantes durante años como un caso clásico de evolución, el proceso mediante el cual las moléculas finalmente se convirtieron en hombre.

Problemas en el Paraíso

Las afirmaciones científicas deben confirmarse mediante la repetición, pero a lo largo de los años, muchos intentos de repetir los estudios de Kettlewell no han podido confirmar sus resultados.

Las afirmaciones científicas deben confirmarse mediante la repetición, pero a lo largo de los años, muchos intentos de repetir los estudios de Kettlewell no han podido confirmar sus resultados. Estos informes contradictorios mostraron numerosas poblaciones de la variedad típica en áreas contaminadas6 o cantidades excesivamente altas de carbonaria en áreas levemente contaminadas.7 Algunos estudios no confirmaron la observación de que las polillas más claras aumentaban a medida que se recuperaba la cobertura de líquenes de los árboles. No obstante, los desafíos no lograron sacar a la presumida polilla de su elevada posición.

El mayor desafío al trabajo de Kettlewell llegó en 1998 cuando Michael Majerus, un genetista de Cambridge, público un libro titulado “Melanismo: Evolución en Acción”.8 Aunque muchas de las críticas al trabajo de Kettlewell habían existido durante años, la crítica de Majerus a los métodos de Kettlewell causo bastante un revuelo en los círculos evolutivos.

En una reseña de este libro en la revista Nature, el Dr. Jerry Coyne dijo lo siguiente: “Mi propia reacción se asemeja a la consternación ante mi descubrimiento, a la edad de seis años, de que fue mi padre y no Santa quien trajo los regalos en Nochebuena”.9 Comentó además; “También vale la pena reflexionar sobre por qué ha habido una aceptación general e incuestionable del trabajo de Kettlewell”.10 Las cosas empezaban a ponerse mal para nuestra amiga Biston betularia. De hecho, las cosas empeoraron.

En el 2002, una periodista llamada Judith Hooper público el libro “Sobre Polillas y Hombres: Un cuento evolutivo”. Este libro detalla la historia de la investigación sobre la polilla moteada, incluida una exploración de las vidas de las principales personas involucradas. Describió las vidas y antecedentes no solo de Kettlewell sino también de E.B. Ford, mentor de Kettlewell en Oxford. Los retratos poco halagadores de estos hombres eran inquietantes y, en cierto sentido, constituían una lectura entretenida — si es que podemos considerar “lectura entretenida” el deleitarse con los defectos de otras personas.

Sin embargo, fue el examen detallado de Hooper de las técnicas experimentales de Kettlewell lo que encendió la mayor controversia. Describió a fondo el método utilizado por Kettlewell en cada uno de sus estudios en terreno, junto con un análisis de los datos recopilados. Sus conclusiones fueron impactantes porque sugiere que Kettlewell, después de obtener datos decepcionantes en la fase inicial de su estudio, manipuló la recopilación de datos más adelante para obtener el resultado deseado. Incluso se mencionó la posibilidad de un fraude total. La comunidad científica estaba horrorizada. La primera y más importante evidencia de la evolución en acción, “el caballo ganador en nuestro establo”,11 estaba aparentemente en peligro.

¿Cuál es el Problema?

Aunque se han planteado varias dudas sobre las técnicas experimentales de Kettlewell, el mayor problema parece girar en torno a donde descansan las polillas durante el día. En su estudio, Kettlewell soltó polillas durante el día y las observó tomar lugares de descanso en los troncos de los árboles. Luego observó a las aves que cazaban las polillas. Durante la noche, recogió y conto las polillas. Concluyó que las aves cazaban más fácilmente a las polillas más visibles que a las que estaban mejor escondidas por su entorno. El problema con esta conclusión es que, a lo largo de muchos años de estudio, se determinó que estas polillas no descansan en los troncos de los árboles durante el día. Vuelan solo de noche y toman lugares de descanso en lo alto de los árboles en la parte inferior de las ramas. En estos lugares están mucho mejor escondidas de las aves que en los experimentos de Kettlewell. Segun Howlett y Majerus, “…las áreas expuestas de los troncos de los árboles no son un lugar de descanso importante para ninguna forma de B. betularia ”.12

Esto es más que una crítica insignificante. La colocación anormal de las polillas en un lugar que las haga mucho más visibles pondría en duda la validez de los resultados de Kettlewell. En primer lugar, la distinción entre polillas claras y oscuras sería mucho menor en la parte inferior y sombreada de una rama. En segundo lugar, la concentración anormalmente alta de polillas en un área inusual podría haber cambiado el patrón de alimentación normal de las aves. De hecho, algunos investigadores no están convencidos de que las aves sean los principales depredadores de la polilla moteada en la naturaleza; por ejemplo, James Carey de la Universidad de California.13 Además, algunos investigadores (aunque no el propio Kettlewell) han realizado experimentos utilizando polillas muertas pegadas a troncos de árboles,14 una práctica que ha sido criticada por algunos investigadores.

Además, muchos investigadores consideraron que el método por el cual Kettlewell evaluó el grado de camuflaje de la polilla era demasiado subjetivo. Este sesgo cuestionaría todo el conjunto de datos. Estas críticas cuestionan todo el tema de la depredación selectiva de aves como la fuerza impulsora detrás de este supuesto esplendido ejemplo de selección natural. Sin un factor ambiental definido y observable para llevar a la polilla moteada a “evolucionar”, la famosa polilla ni siquiera podría ser considerada como evidencia para apoyar la teoría de Darwin.

¿Estaba Kettlewell equivocado?

Entonces, ¿estaba Kettlewell equivocado? Una figura importante en esta discusión ha salido en defensa de Kettlewell, y esa persona no es otra que Majerus, el hombre cuyo libro alimento gran parte de la controversia reciente.

En los últimos años, Majerus ha reexaminado este asunto. Llevo a cabo un estudio que aparentemente no adolecía de algunas de las supuestas deficiencias de las técnicas experimentales de Kettlewell. Tuvo mucho cuidado de asegurarse de que los lugares de descanso de las polillas imitaran a los que se ven en la naturaleza, y que las polillas fueran liberadas por la noche.15 Además, utilizando binoculares, observó a los pájaros comiéndose las polillas. Afirma que los resultados de su estudio validan el trabajo de Kettlewell. De Roode concluye: “La polilla moteada debería reinstaurarse como un ejemplo de libro de texto de la evolución en acción”.16

Los buenos científicos deben examinar y reexaminar los métodos y técnicas utilizados para estudiar nuestro mundo.

Los buenos científicos deben examinar y reexaminar los métodos y técnicas utilizados para estudiar nuestro mundo. El método experimental en si mismo se basa en que otros lleven a cabo el mismo o similar tipo de investigaciones para ver si las conclusiones previas son realmente válidas. Como parte de esta búsqueda del conocimiento, a veces se descubren fallas en los métodos utilizados por investigadores anteriores. Después de todo, nadie hace un plan perfecto. Las deficiencias en la metodología se pueden corregir y se pueden recopilar más datos para garantizar que se llegue a las conclusiones adecuadas. Aquellos investigadores que tienen ese enfoque y que han cuestionado los métodos de Kettlewell deben ser felicitados. Si hubo problemas con sus métodos, y aparentemente los hubo, esos problemas aparentemente se han corregido en evaluaciones posteriores.

Además, aquellos que serían demasiado críticos con Kettlewell deberían proceder con cierta cautela. Se ha escrito mucho material que ha sido muy crítico con Kettlewell tanto en el campo pro-evolucionista como en el pro-creacionista. Algo de esto parece justificado, pero gran parte no, en particular la acusación de que falsificó sus datos. No puede haber una acusación más seria contra un científico que esta, por lo que parecen necesarias más pruebas antes de que se haga esa acusación. Después de todo, otros investigadores en esta área han recopilado datos que validan las conclusiones originales de Kettlewell. Nadie puede conocer el corazón de otro, por lo que aquí se necesita cierta conmiseración. Quizás las deficiencias de Kettlewell se puedan medir mejor con esta cita de un colega que lo caracterizó como “el mejor naturalista que he conocido y casi el peor científico profesional que he conocido”.17

Entonces, ¿En qué Quedamos?

Entonces, ¿todo este debate sobre la validez de los datos de las polillas moteadas de Kettlewell realmente plantea un problema para los creacionistas? El evolucionista afirma que la historia de la polilla moteada es un ejemplo tan brillante de la evolución en acción que cuestionarla es demostrar falta de voluntad para aceptar la ciencia verificada. Majerus ha dicho: “La historia de la polilla moteada es fácil de entender porque involucra cosas con las que estamos familiarizados: visión y depredación y aves y polillas y contaminación y camuflaje y almuerzo y muerte. Es por eso por lo que el lobby anti-evolución ataca la historia de la polilla salpicada. Tienen miedo de que muchos puedan entender”.18

Durante los últimos 150 años, las polillas se han convertido en polillas

¿Qué es exactamente lo que deberíamos ser capaces de entender? Para el creacionista, es muy, muy simple. ¡Durante los últimos 150 años, las polillas se han convertido en polillas! El creacionista no tiene ninguna dificultad con este proceso. A pesar de la cuestión de las deficiencias de Kettlewell, el creacionista no tiene ningún problema con los resultados de su trabajo (y el de otros investigadores posteriores). La idea de que un organismo menos visible sobreviviría mejor que uno más visible parece extremadamente obvia. ¿Qué es lo que no hay que entender aquí? Según De Roode, “La polilla moteada fue y es un ejemplo bien entendido de evolución por selección natural”.19 El creacionista estaría de acuerdo en que este cambio de población representa la selección natural. Sin embargo, este cambio ciertamente no es una evolución de moléculas a hombre. La selección natural y la evolución de las moléculas al hombre no son lo mismo, y muchos se confunden por el mal uso de estos términos.

La selección natural se puede ver fácilmente en la naturaleza. La selección natural produce las variaciones dentro de una especie de organismo. Gracias a la selección natural, tenemos la maravillosa variedad de criaturas que vemos en nuestro mundo. Sin embargo, en este proceso los peces se transforman (increíblemente) en peces, las aves en aves, los perros en perros y las polillas en polillas. Si durante el transcurso del estudio de las polillas moteadas, las polillas se hubieran transformado en algún otro tipo de criatura, quizás un pájaro, entonces podríamos tener algo de que hablar.

En última instancia, la historia de la polilla moteada es más de lo mismo. Aunque gran parte del clamor que rodea al trabajo de Kettlewell ha generado una lectura entretenida y, de alguna manera, ha sido ciencia entretenida, los resultados son claros. No hay nada aquí, ni siquiera en la forma más pequeña, que proporcione evidencia del proceso de evolución de las moléculas al hombre. Eso es lo que el creacionista es “capaz de entender”.

Autoría por Dr. Tommy Mitchell – El Dr. Tommy Mitchell obtuvo su doctorado en medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de Vanderbilt y ejerció una próspera práctica médica durante 20 años antes de dedicarse por completo al ministerio de la creación. Desde 2005, el Dr. Mitchell fue orador y autor de Respuestas en Génesis. Pasó a la presencia de su Señor el 17 de septiembre de 2019.

Referencias y Notas

  1. Este oscurecimiento de las alas se debe al aumento de la cantidad del pigmento melanina en las alas de la variedad carbonaria y se conoce como «melanismo».
  2. Judith Hooper, Of Moths and Men: An Evolutionary Tale (New York: W.W. Horton, 2002), p. xvii.
  3. H.B.D. Kettlewell, “Selection Experiments on Industrial Melanism in the Lepidoptera,” Heredity 9 (1955): 323–342.
  4. Ibid., p. 342.
  5. Jonathan Wells, “Second Thoughts about Peppered Moths,” The True.Origin Archive, https://www.trueorigin.org/pepmoth1.php.
  6. R.C. Stewart, “Industrial and Non-industrial Melanism in the Peppered Moth, Biston betularia (L.),” Ecological Entomology 2 (1977): 231–243.
  7. D.R. Lees and E.R. Creed, “Industrial Melanism in Biston betularia: The Role of Selective Predation,” Journal of Animal Ecology 44 (1975): 67–83.
  8. M.E.N. Majerus, Melanism: Evolution in Action (Oxford: Oxford University Press, 1998).
  9. J.A. Coyne, “Not Black and White,” Nature 396 (1998): 35.
  10. Ibid., p. 36.
  11. Ibid., p. 35.
  12. R.J. Howlett and M.E.N. Majerus, “The Understanding of Industrial Melanism in the Peppered Moth (Biston betularia) (Lepidoptera: Geometridea),” Biological Journal of the Linnean Society 30 (1987): 40.
  13. J. de Roode, “The Moths of War,” New Scientist 196 no. 2633 (2007): 49.
  14. Wells, “Second Thoughts about Peppered Moths,” p. 7.
  15. de Roode, “The Moths of War,” p. 48.
  16. Ibid., p. 49.
  17. J.A. Coyne, “Evolution Under Pressure,” Nature 418 (2002): 19.
  18. Ibid., p. 49.
  19. 19. de Roode, “The Moths of War,” p. 49.

Fuente: https://answersingenesis.org/es/ciencia – El libro de las respuestas 4

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