Lectura: Lucas 15:11-32
Siempre me han parecido muy interesante el oxímoron (del griego ὀξύμωρον, oxymoron, en latín contradictio in terminis), que es una figura literaria que consiste en usar dos conceptos de significado opuesto en una sola expresión, por ejemplo: “un instante eterno” o “realidad virtual” o “dulzura ácida”.
Podemos adaptar este principio cuando nos referimos a una persona que puede combinar polos opuestos, por ejemplo, es capaz de mezclar la firmeza de mente con la ternura del corazón.
Jesús reconoció la necesidad de mezclar polos opuestos. Él sabía que sus discípulos se enfrentarían a un mundo difícil y hostil en el cual tendrían que confrontar hombres fríos y arrogantes, cuyos corazones habían sido endurecidos por el tradicionalismo.
Por esto les dijo lo siguiente: “He aquí, yo los envío como a ovejas en medio de lobos. Sean, pues, astutos como serpientes y sencillos como palomas” (Mateo 10:16). Parece difícil que una persona pueda hacer esto, pero es lo que Jesús espera, podría considerársele como un oxímoron.
Para llegar a tener una mente firme se necesita desarrollar un pensamiento agudo y un juicio decisivo. Pero Jesús también nos mandó a tener un corazón tierno. Qué triste sería que desarrolláramos un corazón duro que sólo pudiera entender fríos razonamientos, sin dejar lugar para la libertad de la espontaneidad y la misericordia o favor no merecido.
Jesús trataba de que sus enseñanzas fueran simples, pero a su vez desafiantes como el oxímoron, por eso trata de que como creyentes combinemos la astucia de la serpiente y la ternura de una paloma. Esto es ejemplificado a la perfección en la parábola del hijo pródigo cuando Dios permite que el hijo sufra por sus malas decisiones, pero también deja espacio para el arrepentimiento y finalmente es recibido con el corazón lleno de perdón y de gozo del padre, quien lo espera con los brazos abiertos y le da la bienvenida a su casa (Lucas 15:11-32).
- Sirves a un Dios que siempre tiene la mezcla perfecta.
- Examina tu vida y determina si necesitas fortalecer tu mente o suavizar tu corazón. Esa es la mezcla que más se parece a Jesús.
HG/MD
“Pero era necesario alegrarnos y regocijarnos porque este tu hermano estaba muerto y ha vuelto a vivir; estaba perdido y ha sido hallado” (Lucas 15:32).