Lectura: Juan 16:28-33
Desde pequeño me han gustado los deportes y especialmente algunos equipos deportivos, y por supuesto he experimentado muchas desilusiones. Aunque uno de los equipos que me gusta nunca ha ganado un campeonato, existen aficionados fieles que siguen al equipo a todos lados. Pero, como suelen terminar desilusionados, ahora muchos se refieren al estadio sede como: “la fábrica de llanto”.
Por supuesto, el mundo en el cual vivimos muchas veces también es una “fábrica de tristeza”. En ocasiones pareciera que existe una provisión interminable de dolor y desilusión, ya sea por decisiones propias o por cuestiones fuera de nuestro control.
Sin embargo, como seguidores de Jesús tenemos algo que no falla y es la esperanza, no sólo en la vida venidera, sino para el presente. Jesús dijo: “Les he hablado de estas cosas para que en mí tengan paz. En el mundo tendrán aflicción, pero ¡tengan valor; yo he vencido al mundo!” (Juan 16:33). Detente por un momento y medita; sin minimizar las luchas o la tristeza que puedas experimentar, recuerda que Jesús las contrarresta con su promesa de paz, gozo y victoria final.
- En Jesús tenemos paz, y eso es más que suficiente para ayudarnos a enfrentar las situaciones presentes y futuras.
- Señor, sin importar lo que suceda en el camino, ayúdanos a confiar en ti y descansar en tus promesas.
HG/MD
“Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus mentes en Cristo Jesús” (Filipenses 4:7).
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