Lectura: Éxodo 18:13-27

Hay dos caras de una misma moneda, por un lado, existen personas que desperdician el tiempo y las oportunidades y eso los hace irresponsables. También, existen otro tipo de personas que son demasiado responsables, siempre andan diciendo: “Si yo no lo hago nadie lo hará; aun si otras personas lo hacen, nadie lo va a hacer tan bien como yo”.

Ambos tipos de personas sufren de manera diferente y terminan frustrados porque finalmente no logran vivir una vida tranquila y plena, unos porque no se esfuerzan lo suficiente y otros porque creen que nadie más podrá hacerlo mejor.  Tal vez conozcas a alguien así, o quizás seas tú mismo.

En nuestra lectura devocional nos encontramos con Moisés, quien era una persona muy dedicada y en extremo responsable con su trabajo. Día tras día se pasaba oyendo los problemas de la gente desde el día hasta la noche como único juez, y con ello estaba cometiendo un error que ponía en riesgo el destino de su pueblo.  Pero Dios es sabio y muchas veces utiliza las circunstancias o personas para hablarnos, en este caso usó a Jetro, su suegro, quien seguramente estaba viendo como su yerno se destruiría si seguía haciendo las cosas a su modo, así que le dijo: “Te agotarás del todo, tú y también este pueblo que está contigo. El trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo” (Éxodo 18:18).

Además, le aconsejó que debía enfocarse en lo importante, en enseñar a su pueblo y juzgar únicamente los problemas más complejos y designar a hombres confiables para que juzgaran los asuntos ordinarios; si hacia eso y confiaba en Dios todo saldría bien y llegarían a su destino final (Éxodo 18:19-23).

  1. Si tienes el mismo problema de Moisés, y estás tratando de hacerlo todo por ti mismo, pídele a Dios sabiduría y fortaleza para hacer lo que Él quiere que hagas, sólo Él podrá sostenerte.
  2. Si por el contrario eres perezoso y poco responsable, entiende que te estás engañando y te haces mal a ti mismo, eres una persona extraordinaria y única, eres una creación de Dios, deja que Él te muestre lo que puede hacer por ti.

HG/MD

“Si haces esto, y Dios así te lo manda, tú podrás resistir; y también todo este pueblo irá en paz a su lugar” (Éxodo 18:23).