Lectura: Mateo 6: 7-8

 

Como lo vimos anteriormente, en esta fase de su ministerio Jesús está enfocado en equipar a sus discípulos en las disciplinas del Reino.  Por ejemplo les enseña no sólo donde orar, si no como hacerlo.  Y continua utilizando a los fariseos como ejemplo para explicarles, cómo NO orar a la manera de ellos.

 

Así es como los fariseos oran: “Oh Dios, te doy gracias porque no soy como otros hombres —ladrones, malhechores, adúlteros— ni mucho menos como ese recaudador de impuestos.” -Lucas 18:11.  El enfoque de oración de los religiosos es ellos mismos.  Los fariseos se ponen en pie, frente a los demás y comienzan a orar acerca de ellos mismos.  Agradeciendo a Dios que ellos no son como los demás, a quienes consideran como inferiores, ya que son pecadores.   Lo que Jesús desea que sus discípulos entiendan, es que el tiempo de oración no es un momento para hablar de lo “buenos”  que somos, o para compararse para ver quién es más pecador, la realidad es que todos somos pecadores (Romanos 3:23).  En lugar de hacer eso, debemos utilizar nuestro tiempo para escuchar, que es lo que Dios necesita de nosotros.

 

Jesús también pone como ejemplo a los gentiles (paganos) de sus días, quienes adoran a diversos dioses.  Jesús dice de ellos: “Y al orar, no hablen sólo por hablar como hacen los gentiles, porque ellos se imaginan que serán escuchados por sus muchas palabras. No sean como ellos, porque su Padre sabe lo que ustedes necesitan antes de que se lo pidan.”  Jesús les asegura a sus discípulos que Dios sabe desde antes todo.  ¡Dios todo lo conoce!  No gastes tiempo en la presencia de Dios balbuceando una y otra vez sobre esto o aquello.  A Dios no le impresiona la cantidad de palabras que digas o cuanto vocabulario uses.  ¡Te lo aseguro, no le impresionan!  Dios mira tu corazón, no tu boca.  Él desea escuchar que hay en tu corazón y cuáles son tus deseos.

 

  1. Dios también desea que te conectes con Su corazón y lo escuches. Ve más cerca y sentirás los latidos de corazón del Padre.  Escucha Su latido por Su Palabra.

 

  1. ¿Qué te parece si hoy, le dedicas tan sólo un poco más de tu tiempo a hablar y escuchar a nuestro Padre Celestial?  Te lo aseguramos, no te arrepentirás.

 

SL/ME

Jesús: Alabador.  “En aquel momento Jesús, lleno de alegría por el Espíritu Santo, dijo: «Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque habiendo escondido estas cosas de los sabios e instruidos, se las has revelado a los que son como niños. Sí, Padre, porque esa fue tu buena voluntad.” -Lucas 10:21.

Este devocional forma parte del estudio anual cronológico de la vida de Jesús: La Vida de Jesús, el cual llega a ustedes en alianza con Sonlife Classic