Lectura: Nehemías 4:1-14

El final de la Segunda Guerra Mundial se estaba acercando, cuando Franklin Roosevelt murió y entonces asumió el poder Harry Truman; eran momentos de gran conmoción para el mundo entero y la incertidumbre se apoderaba de todos quienes vivieron durante esos días.

En una conferencia de prensa, Truman hizo la siguiente declaración: “Cuando me dijeron ayer lo que había pasado, sentí como que la luna, las estrellas y todos los planetas me habían caído encima”.  Pero, finalmente, este hombre enfrentó con gran responsabilidad esa situación.

Nehemías también fue un gran líder para su pueblo judío, tuvo que cargar sobre sus hombros cargas que para la mayoría hubieran sido imposibles de sobrellevar.  Él acompañado de un pequeño grupo de exiliados judíos, habían regresado de Babilonia a su hogar para reconstruir los muros de su amada ciudad Jerusalén.

Enfrentaron una enorme oposición, burlas, y amenazas de sus enemigos, pero él no se amedrentó, en lugar de ello y apoyado en Dios, desarrolló una estrategia de construcción y defensa militar, no se quedó solamente en oraciones, sino que apoyó su fe en Dios con el trabajo duro, tal como lo evidencia el siguiente versículo: “Entonces oramos a nuestro Dios, y a causa de ellos pusimos guardia contra ellos de día y de noche” (Nehemías 4:9).

Nehemías tuvo que lidiar con amenazas constantes durante su tarea de reconstrucción, pero sacó fuerzas de su fe en Dios y consiguió animar a quienes lo acompañaban en esa labor, inspirándolos a poner la mirada en su gran Dios, “Acuérdense del Señor grande y temible” (v.4:14).

  1. Si estás pasando por momentos difíciles y enfrentando grandes responsabilidades, ora, pide a Dios su ayuda y guía, luego arma un plan muy práctico para poder hacer frente a la tarea que tienes por delante.
  2. Nunca olvides que Dios está siempre a tu lado, es por ello que tienes que esforzarte dando lo mejor de ti cada día y compartiendo con otros tu fe.

HG/MD

“Entonces oramos a nuestro Dios, y a causa de ellos pusimos guardia contra ellos de día y de noche.” (Nehemías 4:9).