Lectura: Mateo 6:25-34
En el informe que leí sobre un ministerio que trabaja con personas de un lugar de la ciudad muy complicado socialmente y lleno de pobreza, decía lo siguiente: “Exitoso comienzo”.
Al seguir leyendo, el informe decía que en 5 años era la primera vez que el comedor empezaba el nuevo año con un superávit, en otras palabras, con más de lo que necesitaba. Continué leyendo para averiguar a qué se referían con ese superávit. ¿Tenían más dinero en el banco? No. ¿Tenían provisiones suficientes para todo el año? No. Simplemente, tenían alimentos en la despensa para un mes.
Y es que cuando se está a cargo de alimentar a niños hambrientos con un presupuesto limitado, ¡esto es muchísimo! El informe terminaba con este versículo, Salmos 136:1: “Alaben al Señor, porque es bueno: ¡Porque para siempre es su misericordia!”
Año tras año muchísimos ministerios de este tipo ayudan a los más necesitados confiando en la provisión de Dios para los niños y para contar con el personal que los atienda. En este tipo de lugares nunca se tiene mucho de nada, sea agua, comida o artículos escolares, etc. Sin embargo, siempre están agradecidos por lo que el Señor les envía, y continúan creyendo fielmente en que Él seguirá proveyendo.
- Y nosotros. ¿Tenemos fe en que Dios proveerá? ¿Estás agradecido con su providencia? Y lo mejor, tu también puedes ser de bendición para otros.
- No se trata de quedarse sentado con los brazos cruzados, sino de continuar dando nuestro mejor esfuerzo por fe, entendiendo que el Dios todopoderoso tiene todo bajo su control y hará que su plan se cumpla; lo que nos corresponde es seguir haciendo nuestra parte del trabajo.
HG/MD
“Así que, no se afanen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propio afán. Basta a cada día su propio mal” (Mateo 6:34).