Lectura: Juan 20:19-29

Existe un antiguo himno que se cantaba en las iglesias que decía lo siguiente: “Dios está aquí, tan cierto como el aire que respiro”.  Esta canción me recuerda una realidad que muchas veces no damos por sentado: Dios estaba presente cuando cantábamos esa canción; pero la idea va más allá, el Señor no solo está con nosotros en la iglesia, sino en cada lugar de nuestra vida.

Sin importar donde te encuentres mientras lees esto: en una cocina, en tu cuarto, en una cafetería, en el autobús, en un calabozo, quizás estés en un hospital o en la sala de un tribunal, tal vez te encuentres en un lugar que refleje todo lo correcto que hay en tu vida, o que represente todo lo malo que has cosechado por tus malas decisiones y debido a eso es probable que sientas miedo, Dios está ahí.

Después de la terrible realidad de la crucifixión de Jesús, sus seguidores se reunieron en un lugar conocido. Juan registra que “… estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos se reunían por miedo a los judíos, Jesús entró, se puso en medio de ellos y les dijo: “¡Paz a ustedes!”” (Juan 20:19).

No importa donde estés hoy, existe esperanza más que suficiente y el poder necesario para ahuyentar toda pesadumbre, porque Jesús, el Señor Jesús, está ahí.

  1. Tan cierto como en la mañana se levanta el sol, Dios está ahí contigo, no lo dudes.
  2. Puedes confiar en Dios, no te abandonará y está ahí hoy esperando que decidas aceptar su mano; Él te perdonará y aceptará en su familia.

HG/MD

“Ocho días después, sus discípulos estaban adentro otra vez y Tomás estaba con ellos. Y aunque las puertas estaban cerradas, Jesús entró, se puso en medio y dijo: ¡Paz a ustedes!” (Juan 20:26).