Lectura: Romanos 5:1-11

Es muy natural no aceptar los problemas como algo benéfico, incluso muchas veces puede ser que digamos: “Bueno, a pesar de las circunstancias, alabado sea Dios de cualquier manera”. Sin ser lo que realmente sentimos, esto se convierte en un consuelo para poder sobrellevar las cargas que la mayoría del tiempo consideramos injustas o innecesarias, pero puede ser que Dios tenga otro plan para nuestras vidas.

El Señor es sabio, dentro de su plan perfecto permite que sucedan acontecimientos para hacernos cambiar o madurar en nuestra fe. En nuestra lectura devocional Pablo nos enseña que las circunstancias difíciles producen en nosotros un carácter acorde con la voluntad de Dios; y el hecho de no aceptarlo, tan sólo hace que nuestro camino sea más complicado.

Conviene que recordemos algunos principios con respecto a este tipo de situaciones:

  • Tus problemas no tomaron a Dios por sorpresa, Él sigue teniendo el control de todo.
  • Confía en que Dios tiene la solución, la provisión o un principio de sabiduría que está ligada a tu dificultad.
  • Nunca olvides hablar con Dios, exprésale lo que sientes y también dile que confías en que Él sabe qué es lo mejor para tu vida.
  • Espera con la convicción de que Dios hará Su perfecta voluntad.
  • Alábalo de corazón antes de que Él actué, quizás este sea el principio más difícil de poner en práctica, pero al hacerlo, un gran peso se quitará de tus hombros.

Estos principios representan alternativas proactivas para tu vida; en lugar de quejarte o aceptar a medias Su voluntad, practicarlos te permitirá cambiar de perspectiva ante los problemas.

  1. Aun cuando tus circunstancias no cambien, puedes confiar en que Dios las está usando para hacerte un mejor creyente y preparado para Su obra.
  2. No te quejes de las espinas que tienen las rosas, da gracias por las rosas que hay entre las espinas.

HG/MD

“Y la perseverancia produce carácter probado, y el carácter probado produce esperanza” (Romanos 5:4).