Lectura: Génesis 45:4-8
El esposo de una hermana de la iglesia había sufrido un ataque cardiaco del cual gracias a Dios salió bien librado. Y aún más interesante y bueno es que meses después de haber salido de esa crisis, le continuaban preguntando cómo se sentía y la respuesta de ella era rápida y contundente: “Bendecida. Me siento bendecida”.
Ciertamente, es una realidad que las bendiciones vienen en diferentes formas y tamaños. A pesar de que estemos haciendo todo lo que pensamos que Dios espera de nosotros, tal vez sigamos experimentando situaciones complicadas. Y es que muchas veces Dios nos sorprende con no responder tal y como lo esperamos, o en un tiempo que no es el que nosotros creemos oportuno.
Esto fue perfectamente ejemplificado en la vida de José. Según la perspectiva humana, podríamos pensar que Dios se había olvidado de él, ya que, por más de una década José experimentó sufrimientos. Lo arrojaron a un pozo, lo vendieron como esclavo, lo acusaron falsamente, y finalmente lo encarcelaron de manera injusta.
Sin embargo, Dios tenía algo inesperado en su vida; por causa de la fidelidad de Dios quien lo puso como gobernante de Egipto, salvó a muchos de la hambruna (Génesis 37–46). C. S. Lewis escribió: “Cuando perdemos una bendición, otra suele ser dada en su lugar de la manera más inesperada”.
- Así como Dios siempre mantuvo su mano de misericordia sobre José, Él nunca se olvida de quienes han confiado en Él.
- Espera lo inesperado, te sorprenderá la misericordia de Dios.
HG/MD
“¡Cuán grande es la bondad que has guardado para los que te temen, que has obrado para los que en ti se refugian contra los hijos del hombre!” (Salmo 31:19).
Mi aprendizaje de hoy en este devocional, dejar de ser como Martha, en mi padecimiento aprendí que en la vida debemos priorizar y tomar la vida con calma, según nuestra edad,bajar el ritmo en mi caso fue de enseñanza. Gracias