Lectura: Juan 6:25-36

Las personas siguen a otros por diferentes razones, por ejemplo, porque los admiran, o porque les llama la atención la forma en la cual se expresan, también en ocasiones y no pocas, las razones que las impulsan a seguir a otros son más monetarias y por conveniencia.   

Este es el caso de algunas de las personas que se mencionan en Juan 6, ellos querían vivir de Jesús, literalmente; no porque sus corazones fueran leales a Él sino por su propio interés, ya que pensaban que el Señor podía proveerles alimentos y liberación de la opresión romana.

Cuando confirmaron con sus ojos y estómagos que Jesús les podía proveer pan, pescado y salud, estas personas con intereses nada espirituales, vieron esto como la posibilidad que habían estado esperando, así que lo “siguieron” pero por las razones equivocadas.

El Señor sabía lo que estas personas tramaban y por ende conocía su deseo de que Él se convirtiera en una especie de rey libertador, por lo tanto, se alejó de ellos (Juan 6:14-15). Sin embargo, ellos no se rindieron, al día siguiente lo volvieron a buscar, pero con el plan de que les volviera a dar de comer (vv. 22,25-26).

Entonces el Señor hizo algo que los dejó confundidos completamente, al identificarse a sí mismo como el Pan de Vida (vv.32-33).  El pan que les estaba ofreciendo no era para saciar sus estómagos, les estaba ofreciendo algo mejor, un pan eterno (v.40).  Sólo aquellos que comieran del Pan de Vida en ese momento, podrían disfrutar de satisfacción real y vida eterna (v.35).

  1. No debes seguir a Jesús pensando que lograrás tener tesoros terrenales, sino porque entiendes que necesitas su perdón y que tan sólo en Él encontrarás verdadera paz.
  2. El verdadero Pan de Vida que saciará tu hambre espiritual se llama Jesús.

HG/MDV

“Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida. El que a mí viene nunca tendrá hambre, y el que en mí cree no tendrá sed jamás.” (Juan 6:35)