Lectura: Mateo 16:13-17

Muy a menudo el Señor Jesús usaba el recurso de las preguntas, no porque no conociera las respuestas, sino para provocar la reflexión en las personas que las escuchaban.

Un ejemplo de esto lo encontramos en nuestra lectura devocional, cuando el Señor y sus discípulos estaban en la ciudad ubicada a unos 40 km al norte de Galilea, en las faldas del Monte Hermón; esta ciudad era conocida por ser un lugar de idolatría y de importancia política de su época, pues era la residencia de uno de los tetrarcas gobernantes de Israel, Felipe (hijo de Herodes el grande). 

En esta ciudad, Jesús planteó dos de las preguntas más importantes en torno a su identidad, con lo cual quería que sus seguidores estuvieran muy seguros de a quien habían decidido seguir.  Así que, la primera pregunta es la siguiente: “¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?” (Mateo 16:13).  Al igual que en esa época las personas siguen teniendo muchas ideas inadecuadas con respecto a la identidad de Jesús, que van desde: un buen hombre, un maestro iluminado, un divisionista, un intolerante, un loco, entre otros.  Y eso es parte de lo que Jesús vino a hacer a esta tierra, a crear reflexión y por qué no decirlo, bastante discusión (Mateo 10:34).

Pero, el Señor no quiere que las personas se queden tan sólo con lo que piensen los demás, Él quiere ser más personal y plantea un desafío con la siguiente pregunta: “Pero ustedes, ¿quién dicen que soy yo?” (Mateo 16:15).  En ese momento, y de una forma inesperada, Pedro dijo lo siguiente: “¡Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente!” (Mateo 16:16); a lo que Jesús asintió indicando que Pedro había sido bienaventurado al recibir esa respuesta directamente de Dios Padre (Mateo 16:17).

Estas dos simples, pero profundas preguntas, siguen siendo extraordinarias, una porque evidencia lo confundido que está este mundo con respecto a tener un concepto apropiado de Dios, y la segunda porque nos desafía a decidirnos sobre la identidad de Jesús y lo que haremos con esta verdad.

  1. Hoy, al igual que en esos días, la cultura del mundo en general sigue siendo hostil y opuesta a los valores dados por Dios que se encuentran en la Biblia, así que estas preguntas siguen siendo igual de válidas para desafiar a quienes aún no han confiado en Jesús; así como también a los sí han confiado, ya que en muchas ocasiones los hechos en poco atestiguan la fe que dicen tener.
  2. Es tiempo de ser bienaventurado y de reconocer al igual que Pedro, que Jesús es Dios, y que hoy sigue ofreciendo vida eterna a los que le siguen. ¿Qué harás con respecto a la identidad de Jesús?

HG/MD

“Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo es nacido de Dios, y todo aquel que ama al que engendró ama también al que es nacido de él” (1 Juan 5:1).