Lectura: Colosenses 1:1-2

Existe un adjetivo que se aplicaba a los creyentes en algunos escritos del Nuevo Testamento, y fue especialmente usado por el apóstol Pablo, él solía referirse a los creyentes con la palabra: “Santo” (Efesios 1:1; Colosenses 1:2).   

Pero, ¿el apóstol los llamaba así porque eran perfectos? No. Aquellas personas eran seres humanos y, por lo tanto, pecadores. Entonces, ¿qué tenía en mente? La palabra griega para santo en el Nuevo Testamento es:  ἅγιος, y significa que es apartado para Dios.  Describe a aquellos que están espiritualmente unidos a Cristo (Efesios 1:3-6).  También hace referencia al carácter diferente o “distinto” de los creyentes, e implica que somos “diferentes del mundo” (Juan 17:15-23).  Es sinónimo de los individuos que creen en Cristo (Romanos 8:27) y de los que componen la Iglesia (Hechos 9:32).

Mediante el poder del Espíritu Santo, los santos tienen la responsabilidad de vivir a la altura de su llamado. Aunque no se reduce sólo a lo siguiente, incluye abandonar la inmoralidad sexual y el uso de un vocabulario impropio (Efesios 5:3-4). Debemos adoptar nuevos rasgos de carácter en el servicio mutuo (Romanos 16:2): humildad, bondad, paciencia, amor, unidad en el Espíritu en el vínculo de la paz (Efesios 4:1-3), obediencia y perseverancia en medio de los problemas y las dificultades (Apocalipsis 13:10; 14:12). En el Antiguo Testamento, el salmista llamó santos a “los íntegros…” (Salmo 16:3).

En el Nuevo Testamento era normal referirse a los creyentes como santos, sería una buena autoevaluación preguntarnos cuántas de esas características están presentes en nuestras vidas actualmente.

  1. No somos santos porque no pequemos, es nuestra unión con Cristo la nos convierte en santos; nuestra obediencia a la Palabra de Dios por medio del poder el Espíritu Santo nos santifica.
  2. Ayúdanos Señor a vivir de tal manera que nuestra vida refleje tu carácter y prioridades, provocando que el mundo pueda ver la diferencia.

HG/MD

“Porque escrito está: Sean santos porque yo soy santo” (1 Pedro 1:16).