Arqueología e Historia

La copa de la que bebió Jesús en la última cena, probablemente no era de cristal ni de metal, sino de piedra caliza, el material purificador preferido entre los judíos de la primera mitad del siglo I para su vajilla. Lo explicaba en tono profesoral Gideon Avni, jefe de la división arqueológica de la Autoridad de Antigüedades de Israel, encargado del Depósito de los Tesoros Nacionales, que alberga más de un millón de restos de la antigüedad localizados dentro del Estado hebreo desde su nacimiento en 1948.

Este Deposito, no se trata de un inexpugnable búnker secreto ni de un recinto fortificado bajo la protección del Ejército israelí, sino de una nave industrial de Beit Semesh, en el distrito de Jerusalén. El edificio de simple apariencia esconde un almacén misterioso, surcado de interminables hileras de estanterías con sarcófagos y ánforas, de cajas de madera de las que emergen capiteles.

Junto a la línea de las primeras décadas de la era cristiana se alinean platos y vasijas de piedra caliza a la vista de las cámaras de los informadores. También se muestra pequeños osarios de varias épocas del Israel antiguo, entre otros.

Una estudiante inspecciona unas vasijas en el Depósito de los Tesoros Nacionales. El país

Avni agrega: “Hemos podido reconstruir como se desarrollaba la vida cotidiana durante el primer tercio del siglo I, que coincide con la vida de Jesús según la tradición cristiana… durante esa época vivían aproximadamente más de un millón de habitantes en la región”.

Este gigantesco Depósito arqueológico no puede ser visitado por el público y sólo abre sus puestas a los investigadores.  En sus instalaciones sólo se custodian objetos localizados en territorio israelí desde su fundación como Estado, hace 69 años, y en Jerusalén Este (ocupado desde 1967 y anexionado en 1980).

Los hallazgos procedentes de excavaciones anteriores se encuentran, en términos generales, en el Museo Rockefeller, construido bajo el Mandato británico, en la zona oriental de la Ciudad Santa, frente al antiguo recinto amurallado. La conservadora del Deposito Débora Ben Ami, asegura que los restos arqueológicos procedentes de Cisjordania, se trasladan por ahora a un almacén próximo al asentamiento de Maale Adumin, situado a apenas cinco kilómetros al este de Jerusalén.

Una tercera parte de los 40.000 objetos arqueológicos localizados cada año en unas 300 excavaciones en Israel están relacionados con el cristianismo. Por el momento, casi todos siguen empaquetados en un almacén con aires de película de acción.

Fuente: Adaptado del diario el País.com

Imágenes con fines ilustrativos