Lectura: 2 Corintios 1:7-11

Después de años de un extraordinario y fructífero ministerio en la India, Amy Carmichael se convirtió en una enferma que sufría postrada en cama. Como la valerosa fundadora y el corazón dinámico de la confraternidad Dohnavur, ella había jugado un papel decisivo en el rescate de cientos de niñas y niños de una terrible vida de servidumbre sexual.

Mientras continuaba con su operación de rescate llevando a los jóvenes a la libertad espiritual por medio de la fe en Jesucristo, ella escribió libros y poemas que siguen bendiciendo a lectores alrededor del mundo.

Luego la artritis hizo de Amy una invalida atormentada por el dolor. ¿Acaso se lamentó de su aflicción o cuestionó a Dios? No. Amy siguió siendo la guía inspiradora de Dohnavur, y continúo escribiendo. Sus meditaciones, cartas, y poemas están llenos de alabanza a Dios y de aliento a sus compañeros de peregrinación.

Cuando confiamos en el Señor, Él nos ayudara a convertir el dolor en alabanza.

1.  ¿Cómo reaccionamos cuando la aflicción nos golpea?  ¿Nos amargamos, o nos apropiamos confiadamente de la gracia sustentadora de Dios? (2 Corintios 12:9).

2. ¿Y alentamos en oración a aquellos a nuestro alrededor por medio de la alegría dada por el Espíritu, de nuestro valor y de nuestra confianza en Dios?

NPD/VCG