Lectura: 1 Pedro 5:8-10

Susan era una increíble hija, inteligente, talentosa, responsable, y con buenas notas de la secundaria.  Sin embargo, cuando terminó la secundaria e ingresó a la Universidad, se empezó a rodear de personas poco recomendables que la indujeron al mundo de las drogas.

Sus padres notaron el cambio e inmediato la ingresaron en un centro de tratamiento del cual salió limpia, y cuando le preguntaban qué pensaba acerca de las drogas ella decía con convicción: “Da la vuelta y huye de ellas”.

Posteriormente hizo su vida, tenía un trabajo estable, pero casi nunca volvió a congregarse en su iglesia. Desgraciadamente, pasados algunos años Susan volvió a reincidir y murió por una sobredosis, sus padres ahora brindan consejería a otros sobre estar atentos a los comportamientos de los hijos, y sobre la importancia de mantenerse cerca de la buena influencia de personas de una iglesia local.

El apóstol Pablo le recordó a su hijo espiritual Timoteo, y por supuesto a nosotros, que debía huir del mal (2 Timoteo 2:2); también el apóstol Pedro hace una recomendación similar: “…Su adversario, el diablo, como león rugiente anda alrededor buscando a quién devorar. Resistan al tal estando firmes en la fe…” (1 Pedro 5:8-9).

Nadie es inmune contra la tentación, ni el hecho de estar en la iglesia fielmente significa que somos inmunes, es por ello que cuando veamos acercarse una tentación por pequeña que sea, en primera instancia huyamos de ella; aunque hay ocasiones en las que no será posible evitarlas, ahí es cuando entra en acción una fe bien cimentada en Jesús, basada en la Biblia y fortalecida en la oración.

  1. Ayúdanos Señor a estar alertas ante cualquier peligro y sobre todo a orar para alejarnos de la tentación.
  2. Identifica las áreas en las que eres vulnerable a la tentación, evita situaciones que te pongan en riesgo, acércate a una buena iglesia donde existan personas maduras en la fe que te aconsejen, fortalece tu fe y vida de oración.

HG/MD

“Sean sobrios y velen. Su adversario, el diablo, como león rugiente anda alrededor buscando a quién devorar. Resistan al tal estando firmes en la fe, sabiendo que los mismos sufrimientos se van cumpliendo entre sus hermanos en todo el mundo.” (1 Pedro 5:8-9).