Lectura: Salmos 45

Todos los creyentes que anhelamos proclamar las riquezas de Cristo y sus buenas nuevas conocemos las limitaciones de tener solamente una lengua.  En uno de sus himnos, Carlos Wesley, escribió: “Oh, qué tuviera lenguas mil para poder cantar, las glorias de Dios y Rey, y sus triunfos alabar”

Sin embargo, la verdad es que una lengua tiene un potencial considerablemente mayor del que la mayoría de nosotros usará jamás.   Una lengua dedicada a Dios, puede lograr mucho.

Por ejemplo, había un hombre en Chicago que era ciego y no tenía brazos, ni piernas.  Pero al igual que el salmista, su corazón rebosaba del amor de Dios, y dedico su lengua completamente para que Dios la usara.  Este hombre aprendió a leer la Biblia Braille ¡con su lengua!  Como resultado de su esmerado logro pudo usar la lengua de una manera diferente para enseñar la Palabra de Dios y compartir su radiante testimonio.

Joni Eareckson Tada, otra creyente con impedimentos físicos, ha hablado a millones de personas acerca de Cristo.  Muchas veces afirma: “Con Dios, lo menos es más”.

¿Te sientes desanimado a veces pensando que tienes poco que ofrecer a Dios?  Si tienes el amor de Cristo en tu corazón y una lengua dispuesta en la boca, ofrécelas osadamente a Dios hoy y comienza a darle alabanzas y honor al Señor.

  1. ¡Una lengua si basta! ¡Deja que el Señor use tú lengua!
  1. Lo poco es mucho cuando Dios está en ello.

NPD/JEY