Lectura: Salmos 78:1-8

Durante una entrevista le preguntaron a un famoso cineasta cómo quería que lo recordaran.

Él contestó: “Pues me gustaría que me recordaran más que como cineasta, como un buen comunicador de historias que impactaron la vida de las personas.  A la mayoría, le gusta aprender disfrutando de lo que hace, con un lenguaje y figuras que entiendan, y es por eso que las historias deben ser contadas de manera apropiada a cada nueva generación, sobre todo a esa que no conoce aún las historias antiguas”.

En nuestra lectura devocional, vemos cómo el salmista estaba muy consciente de que las personas posiblemente se olvidarían de las obras poderosas de Dios y que una generación se perdería; por eso, desafió al pueblo de Dios a nunca cansarse de contarles a las generaciones futuras la antigua historia de la redención (v. 4).

El objetivo no era simplemente memorizar datos históricos como muchas veces lo hacemos nosotros con las personas a las cuales queremos enseñarles, sino que el salmista quería estimular la confianza, la obediencia y la esperanza en el Señor (v. 7), y evitar que las siguientes generaciones cayeran en la oscuridad de la falta de fe y la rebelión como había sucedido con sus antepasados (v. 8).

  1. Señor, has que seamos buenos comunicadores de la historia, hechos y lecciones que encontramos en tu Palabra, para que la presente y las siguientes generaciones reaccionen a las verdades que encontramos en ella.
  2. Para ser un buen comunicador de la Biblia primero tienes que leerla y estudiarla; empieza hoy mismo si aún no lo has hecho.

HG/MD

“No las encubriremos a sus hijos. A la generación venidera contaremos las alabanzas del Señor, y de su poder y de las maravillas que hizo” (Salmo 78:4).