Lectura: Isaías 43:25; 44:21-23

En el año de 1770, Edward Nairme (1726–1806), inglés fabricante de instrumentos científicos, estaba tratando de corregir unas anotaciones equivocadas que había escrito en un papel, para ello estaba buscando unas migas de pan que era lo que comúnmente se usaba, pero por error tomó un pedazo de goma de látex y descubrió que había borrado su error dejando tan sólo unas migas de goma que eran fácilmente removidas con su mano.

Ciertamente, nuestros errores no pueden ser borrados con un pedazo de pan o con un borrador de goma, pero nuestro Señor ideó una mejor forma, dio su vida y promete no recordar nuevamente esos pecados si acudimos a Él buscando salvación.

El profeta Isaías lo explica de la siguiente manera: “Yo soy, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí, y no me acordaré más de tus pecados” (v.43:25).

Es probable que a muchos les resulte muy difícil creer y aceptar que Dios puede borrar nuestros pecados, pero eso es exactamente lo que hace cuando acudimos a Él.  Nuestro Padre nos libera y limpia de los horrores del pasado para que ya no frenen nuestro presente, y aunque pueden quedar algunas consecuencias, en verdad nos perdona y brinda una vida nueva.

  1. Si te resulta difícil olvidar tu pasado, pídele a Dios que te ayude para que puedas avanzar a su lado, limpio para su servicio y el de otros.
  2. Señor ayúdanos a comprender la realidad de tu perdón y vivir con gozo.

HG/MD

“He borrado como niebla tus rebeliones, y como nube tus pecados. Vuelve a mí, porque yo te he redimido” (Isaías 44:22).