Lectura: Mateo 6:19-23

Como creyentes y seguidores de Jesús tenemos la capacidad de escoger entre el bien y el mal; así como sobre las cosas en las cuales nos enfocamos espiritualmente.  Por ejemplo, sabemos que si ponemos nuestra mirada en el dinero, ello puede hacer que tengamos una buena vida tan solo por algún tiempo.

Cuando dejamos que las cosas de este mundo invadan nuestra vida, nuestro juicio estará desenfocado, tomaremos decisiones que desafían nuestros valores espirituales, y además las posibles consecuencias pueden afectar a muchos de nuestros seres queridos y llevarnos por un camino autodestructivo.

La Palabra de Dios es muy clara al decirnos: “Porque los que desean enriquecerse caen en tentación y trampa, y en muchas pasiones insensatas y dañinas que hunden a los hombres en ruina y perdición” (1 Timoteo 6:9).  Si amamos más nuestras pasiones incorrectas, corremos el peligro de llegar a cualquier extremo para obtenerlas; y luego de ello, podemos terminar diciéndonos a nosotros mismos “¡cuán grande es esa oscuridad!”(Mateo 6:23) en la que hemos caído.

Como ejemplo de esto, podemos hacer referencia a una de las obras más conocidas del creyente C.S.Lewis (1898-1963), las Crónicas de Narnia, llevadas con éxito al cine en los últimos tiempos. En una de ellas, el protagonista llamado Edmond, traiciona a sus hermanos por unos dulces; en otra de las obras, otro personaje cae en manos de la codicia por el tesoro de un dragón; y en otro de los libros, el príncipe Caspian cae ante la tentación del poder en la Isla del Agua de la Muerte.

Aunque estos ejemplos provienen de personajes de fantasía, sin dudas la comida, el dinero y el poder, siempre serán fuertes tentaciones, y lo que hagamos con ellas evidenciará si nuestra vida está llena de luz o de oscuridad.

  1. ¡Cuidado a donde estén mirando tus ojos! “La lámpara del cuerpo es el ojo. Así que, si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará lleno de luz” (Mateo 6:22)
  2. La cura para la codicia: piensa en algo que puedas dar, en lugar de en algo que puedas obtener.

HG/MD

¡Cuidado a donde estén mirando tus ojos! “La lámpara del cuerpo es el ojo. Así que, si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará lleno de luz” (Mateo 6:22)