Lectura: Marcos 1:9-15

Rex era un pastor alemán que ya tenía un año, y pasaba muy feliz corriendo en el jardín de la casa y sus alrededores; sin embargo, cuando querían llevarlo al parque para que tuviera más libertad, había literalmente que arrastrarlo pues parecía que tenía terror de alejarse de su casa.

Una vez su dueño cometió el error de dejarlo suelto en el parque, el perro regresó a toda velocidad a su casa, a su lugar de refugio.

Esta es similar a la historia de una actriz muy famosa quien decía que para actuar muy bien tenía que tomar licor; alguien un día le preguntó: “¿Por qué tomas siempre licor desde la mañana?  Eso te hace mucho daño”. Ella le respondió: “No quiero, pero tengo que hacerlo”.  La bebida se había convertido en su falso refugio.

Nuestro Señor comenzó su ministerio con las siguientes palabras: “El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado. ¡Arrepiéntanse y crean en el evangelio!” (Marcos 1:15).

Arrepentirse literalmente significa cambiar de dirección, girar 180 grados.  Esta es la respuesta en lugar de correr a lugares que engañan con un falso sentido de seguridad, y que en realidad se convierten en temores o adicciones.  Por el contrario, el Señor nos invita a vivir confiados a su lado para guiarnos a tener paz, a una verdadera libertad y vida nueva en Él.

  1. No corras a esconderte en refugios temporales y dañinos, ven a Dios y encuentra en Él lo que siempre has deseado, una vida con propósito.
  2. No busques felicidad en las cosas de este mundo, hoy puedes acudir a Dios donde hay plenitud de gozo.

HG/MD

“No he venido a llamar a justos sino a pecadores al arrepentimiento” (Lucas 5:32).