Lectura: Isaías 41:17-20

Una de las cosas que más disfruto es ir a los jardines botánicos o caminar por senderos, al visitarlos puedo experimentar de cerca la majestuosa obra de Dios.

Una vez visitamos un jardín que no era exactamente el más grande, ni el más popular, sin embargo, cuando entramos vimos una variedad increíble de flores hermosas y plantas exóticas, pero lo que más nos llamó la atención fueron las palabras que estaban escritas en uno de los senderos artesanales que los dueños habían creado.

Decían lo siguiente: “Entren y vean la agradable obra de Dios, bordada en la hermosa tela que llamamos tierra”.  Al ver esa frase, pensé que era una maravillosa forma de describir la manera en la que nuestro Creador llenó con una belleza sorprendente el planeta en el cual vivimos.

Este hermoso mundo que conocemos como tierra, incluye desde los parajes salvajes de las selvas tropicales, la fría hermosura de los glaciares, los campos de cultivo llenos de alimento, y los torrentes frescos y llenos de vida de muchos de nuestros ríos.  Estos paisajes y los descritos en Isaías 41, nos invitan a alabar a Dios por su maravillosa obra y por supuesto somos los responsables de administrarlo de una manera sabia (Génesis 1:28).

  1. Cada una de las especies que habitan este planeta y el universo en general, forman parte de la gran obra de Dios, desde la delicada rosa (Isaías 35:1), hasta el lirio (Mateo 6:28), cedros, acacias, mirtos y olivos (Isaías 41:19-20); Dios colorea nuestro mundo con un esplendoroso despliegue de belleza.
  2. Disfrutemos del maravilloso mundo que nos ha dado nuestro Señor y dediquemos tiempo para alabarlo por el increíble mundo en el cual vivimos.

HG/MD

“¿Por qué se afanan por el vestido? Miren los lirios del campo, cómo crecen. Ellos no trabajan ni hilan” (Mateo 6:28).