Lectura: Efesios 1:1-14

La mina de oro Morgan, en Queensland, Australia, fue una de las minas más famosas por la cantidad de oro encontrada en ella, y su explotación continua se extendió por aproximadamente 100 años (1882 a 1981).  A lo largo de los 99 años de historia, esta mima produjo cerca de 262 toneladas de oro, alrededor de 37 toneladas de plata y unas 378000 toneladas de cobre.

Quizás, lo más irónico es que por muchos años, los propietarios originales de estas tierras vivieron en condiciones de extrema pobreza sobre la desolada superficie de la montaña; aunque la basta riqueza que contenía no se veía, estuvo allí todo el tiempo.

Valga la comparación, muchos creyentes viven de esta misma manera, caminan desanimados y luchan por salir adelante espiritualmente, pero no son conscientes de las increíbles bendiciones que Dios ha prometido para todo aquel que lo sigue como su discípulo.

Gracia (Efesios 2:8), perdón (Efesios 1:7), sabiduría (Santiago 1:5), fortaleza (Salmos 18:2), poder para resistir la tentación (1 Corintios 10:13), paz (2 Timoteo 1:2), reconciliación (2  corintios 5:18), protección (Salmos 91:1), salvación (Romanos 6:23), entre muchos otros, son regalos con los que Dios nos ha bendecido.  Entonces ¿cómo podemos ser conscientes de ellos? La respuesta es muy sencilla: Lee Su Palabra con una actitud de agradecimiento, presta mucha atención a las lecciones y principios que oyes de las enseñanzas de Su Palabra, y ora a Dios.

Siempre debes estar atento cuando lees y estudias Su Palabra, ya que “…nos ha bendecido en Cristo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales” (Efesios 1:3), eso sí, recuerda que no todas las promesas de Dios son para todos los tiempos, es necesario leer el contexto, hacia quien va dirigido el mensaje del pasaje, entre otras cosas, y para ello: “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que traza bien la palabra de verdad” (2 Timoteo 2:15).

  1. Estudia y medita en Su Palabra. Si eres creyente, Dios ha preparado un sin número de bendiciones para ti, tan sólo debes estar consciente de quién eres en Jesús. 
  2. Si eres creyente, aunque no lo creas, ya has sido bendecido por Dios.

HG/MD

“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien nos ha bendecido en Cristo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales.” (Efesios 1:3).