Lectura: Hechos 15:7-26

En las series y películas de acción, existen protagonistas que comúnmente pasan inadvertidos, pero su participación es sin duda clave para el éxito de la producción.

Me estoy refiriendo a los “dobles de acción”, estos profesionales se dedican literalmente a asumir riesgos, arriesgan su vida en acrobacias, carreras de alta velocidad, caídas de caballos o incluso se prenden en llamas; todo para entretener a las audiencias de esas producciones y para ganar prestigio en ese tipo de trabajos.

El apóstol Pablo y Bernabé también fueron “hombres que arriesgaron su vida” (Hechos 15:26). Sin embargo, su motivación era totalmente diferente, ya que su objetivo era exaltar a Cristo mediante la predicación del evangelio.

Como misionero en el Imperio Romano, el apóstol Pablo enfrentó un sin número de peligros que terminaron en naufragios, azotes, persecución y encarcelamiento… sólo para mencionar algunos de ellos (2 Corintios 11:22-30). Pero, el apóstol estaba más que dispuesto a asumir esos riesgos ya que estaba comprometido con su llamado de dar a conocer a Jesús.

Actualmente, muchos creyentes continúan arriesgando sus vidas para difundir las buenas noticias del evangelio, sin embargo, el temor al rechazo hace que muchos otros permanezcan callados.

  1. Si eres de esos creyentes que ha estado sentado pasivamente en un rincón, ignorando las oportunidades para compartir el evangelio, levántate, recuerda que se te ha provisto al Espíritu Santo para capacitarte (Juan 14:26).
  2. Pídele al Señor valentía para hablar y testificar del Salvador. Asumir el riesgo tendrá su recompensa eterna.

HG/MD

“Sin embargo, de muy buena gana gastaré yo de lo mío, y me desgastaré a mí mismo por sus almas. Si los amo más, ¿seré amado menos?” (2 Corintios 12:15).